Prófugo el ‘consigliere’

Kléber Mantilla Cisneros

La fuga de Fernando Alvarado, emperador de la propaganda y conductor de los canales de televisión incautados en el correísmo, es una deuda histórica, moral, judicial y económica con el país. Los excorreístas, hoy morenistas, no podrán resarcir su pecado original de erigir una ‘Cosa Nostra’ en los Andes, sin antes no enfrentar una guerra interna por la auto depuración de un engendro de Estado maltrecho en riesgo. Muchos aquellos camaradas y excolegas se pertenecen a ese grupo delictivo organizado de soldados, capos y ‘consiglieres’ locales.

El gobierno actual tiene un desafío lleno de ‘vendettas’, traiciones, silencios y amenazas pues se enfrenta a la mafia próxima más peligrosa del siglo XXI, llena de extorsionadores, defraudadores, estafadores, encubridores de piratas informáticos y de sicarios, de violadores de niños, traficantes de armas y drogas, asesinos de periodistas, chantajistas de políticos y militares, lavadores de activos con tecnología de punta, intimidadores de testigos protegidos y emisarios de vigorosas redes transnacionales de corrupción, tipo Odebrecht, Pdvsa o alguna financiera de la banca china.

La complicidad en la fuga de delincuentes no es un asunto de tapar fechorías, grilletes electrónicos abandonados o cambiar funcionarios de medio pelo y reos de cárcel, sino de asumir la magnitud de una crisis institucional latente, el fracaso de directrices públicas, vacíos de liderazgo y capital político. La nula estrategia de batallar a la mafia sin plata ni personas, pues faltan policías, jueces, fiscales y diplomáticos honestos para regresar a Rafael Correa, Fernando Alvarado, Ramiro González, Pedro Delgado, Carlos Pólit y el resto de prófugos que ahora se dan el lujo de despedirse y agradecer con cinismo por su huida a través de redes sociales y mensajes de ‘Whatsapp’.

Alvarado, el ‘consigliere’ de la ‘revolución ciudadana’, con su escape clarifica la falsa inteligencia militar y policial. La irresponsabilidad colectiva y sistémica de reproducir hechos y lanzar más incógnitas. ¿Para quién fue dirigida la bomba que explotó en San Lorenzo en enero? ¿Por qué tantos militares trafican drogas y armas? ¿Por qué no es expulsado Julian Assange de la Embajada en Londres? Un Consejo de la Judicatura reinstalado con abuso y torpeza ¿a quién beneficia? ¿Sabremos algún día los secretos del ‘consigliere’ y del ‘capo di tutti capi’ del correato?

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