Juan Sebastián Vargas
Hemos sido testigos probablemente de la época más deshonesta de la historia del Ecuador, si bien hemos escuchado de nuestros padres y abuelos o hemos leído en libros de tantos casos a lo largo de la historia durante tantos mandatos presidenciales considero que no ha existido un período tan rancio como el de la Revolución Ciudadana y es que no se tratan de hechos aislados, sino de todo un sistema bien estructurado que salpica a todas las jerarquías del estado, Asambleístas, Fiscales, Secretarios, Ministros y Vicepresidente, contratos con sobreprecios, contratos “a dedo” para “empresarios revolucionarios” que se enriquecieron de la noche a la mañana y es que ahora entendemos la desesperación por mantenerse en el poder y de cierta manera ocultar bajo la alfombra toda la basura acumulada en estos 10 años.
Cuando llegó Moreno a la Presidencia entre gallos y medianoche el país se encontraba totalmente polarizado entre aquellos fervientes seguidores de Correa que por más evidencias de corrupción que aparecían cada día se resistían a reconocerlo fruto de ese absurdo fanatismo revolucionario y es que definitivamente el error de Lenín Moreno fue rodearse de los mismos colaboradores del anterior régimen que ya venían en algunos casos señalados e investigados.
La fuga de Fernando Alvarado es una burla para todo el país y nos demuestra que ese sistema perverso de corrupción aún no ha sido desmontado, no es concebible que el grillete que tenía la obligación de portarlo haya generado 245 alertas de que fue quitado y 545 alertas de que fue apagado, es evidente la complicidad y participación de funcionarios públicos lo que nos demuestra una vez más que los oscuros tentáculos del correato aún están inmersos en todas las instituciones del Estado y que lamentablemente los esfuerzos por erradicar este cáncer aún son escasos, al igual que los “aportes voluntarios” de los asesores de los Asambleítas como el caso de Norma Vallejo en donde la desfachatez y la sinvergüencería se han vuelto algo normal y cotidiano.
Mientras no se desarticule a esta banda vinculada al anterior régimen y enraizada en el aparato estatal, la cirugía mayor ofrecida por Moreno será simplemente una cirugía con ternura.