ATILIO RUGEL ALBÁN
Los pueblos de la olvidada y maltratada provincia de Esmeraldas, comienzan a despertar y a tratar de iniciar una lucha en defensa de sus preteridos y legítimos derechos. Muisne, cansado que sus reclamos no tengan eco en autoridades tanto locales como nacionales y sus hijos que están despojados de los avances de la civilización, han considerado que el vaso de la paciencia se a rebosado y que no puede perderse un día más de continuar agonizando, sin que nadie les de la mano amiga.
La TV esmeraldeña revela crudas realidades en que uno de sus hijos, el ecologista Líder Góngora, relata y pone en el tapete de sus innumerables quejas, que este pueblo parece que nunca llegará a reposicionar los encantos que reflejan sus paisajes marinos y que en ningún momento se ha valorado a los oriundos de este bello cantón, que con su tesonero trabajo, pese a la adversidad que todavía viven. No es posible que vino la Vicepresidenta de la República y no quiso conocer las realidades que allí se viven, porque se la invitó y no aceptó; cosa igual sucedió con Alexandra Ocles que maneja las riendas del Ministerio del Ambiente. ¿Eso se llama acaso desidia o es que no les interesan los pueblos que no les proporcionan votos en la desenfrenada carrera de poder?
Ya nos cansamos quienes somos hijos de esta verde provincia de tanta insensatez. En el terremoto de abril/2016, la TV nacional sacaba rimbombantes declaraciones de autoridades enfermas de figuración, donde ni siquiera con el dinero que vino de ayuda de otros países y la colaboración del pueblo ecuatoriano, se proporcionó el auxilio a nuestros hermanos isleños, porque hay la costumbre de meter las uñas largas en lo ajeno. Además, las autoridades de gobierno ordenan que los habitantes salgan de la isla y pasen al territorio continental, aduciendo que quieren salvarlos de los tsunamis y que por eso no se harán obras.
Los nativos no aceptan esta propuesta y su decisión es no abandonar ese territorio, porque expresan que la posibilidad de un tsunami no va a afectar los 12 o 15 km de playa del cantón, sino a casi todo el perfil costanero. Se conoce que existen 7.000 medidores de agua para distribuirlos en la parte continental y los que quedaron y ahora suman más de 12 mil, porque han regresado a su territorio, no gozarían de esos beneficios. El señor Góngora con la comunidad se ingeniaron dar agua mediante la excavación de pozos que es tratada con filtros para purificarla y así por gravedad abastecer de este líquido a la población.