Educación inclusiva

RITA CHASING BERNAL

Una rápida mirada a la historia de esta problemática, nos cuenta una fase de exclusión que se había prolongado hasta el inicio del siglo XX con las teorías eugenésicas. Según ellas, la sociedad en su conjunto estaba en peligro si no se eliminaba a los sujetos defectuosos, deficientes, anormales, tullidos. La oposición extrema del nazismo que se aplicó tanto contra los judíos, como contra otros grupos de ‘indeseables’ como son discapacitados permanentes y homosexuales.

Este es un lastimoso ejemplo de la profunda firmeza de esas creencias en algunos seres humanos. La discapacidad especial permanente se fundamenta en la existencia de una excepcionalidad deficiencia intelectual severa, leve, física, auditiva y sensorial o una desviación de la normalidad, que defino como ilimitado. Ante la necesidad de detectar de forma precisa esas deficiencias o trastornos permanentes se crearon las pruebas de inteligencia que sirvieron para determinar los niveles y categorías del retardo mental, deficiencia física, auditiva y sensorial permanente.

El estudiante con necesidades educativas especiales permanentes, es aquel que presenta con mayores dificultades para acceder a los aprendizajes comunes para su edad, independientemente de sus condiciones personales, sociales y lingüísticas y es aquí donde las adaptaciones curriculares deben ser más concretas, cumpliendo con las necesidades de cada estudiante que se incluya en una escuela regular, como es desarrollar la comunicación y lenguaje a través de un sistema de comunicación alternativo, bimodal, de señas, braille, que requiere audífonos, terapia de lenguaje, libros escritos en braille, es decir, son los estudiantes que no están aptos para competir frente a los retos de una sociedad segregadora y discriminatoria.

Mientras que las necesidades transitorias son problemas que se presentan durante un periodo de su escolarización, es decir, desatención en la clase, incumplimiento de deberes, vocabulario soez, agresivo, no le gusta estudiar, son los fracasos escolares y desajustes conductuales que no tienen nada que ver con algún tipo de discapacidad permanente, que no solo depende del estudiante, sino que también de los factores familiares como es falta de afecto, comunicación y dedicación, tener mayor control con los amigos que frecuentan en el barrio o en cualquier lugar, situación económicos y nivel cultural.

Es eso lo que está ocurriendo ahora en nuestra sociedad, que por falta de conocimiento intuimos cualquier concepto y confundimos entre con la discapacidad permanente y transitoria y hacemos una prueba de diagnóstico y presentamos un informe equivocado.

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