De mameluco y otros demonios

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

El miércoles 7 de noviembre empezó a sellarse la suerte de Rafael Correa, hoy es un prófugo más de la justicia ecuatoriana, al igual que Fernando Alvarado y muchos otros exfuncionarios que actuaron durante la década perdida, como si nunca se les iba a acabar esa orgía de despilfarro, abusos y corrupción.

Resulta paradójico que, a pesar de los muchos actos dolosos que se ciernen sobre Correa, incluidos crímenes de Estado, el motivo por el cual hoy es prófugo sea el intento de secuestro al activista político Fernando Balda; algo similar a lo sucedido en Chicago, USA, con el célebre gánster Al Capone, quien, pese a estar incurso en contrabando, extorsiones y asesinatos, terminó encarcelado por evasión de impuestos, pero hasta ahí llegó. Esperemos que con el autoexiliado, ahora casi belga, suceda igual.

Pero ¿cuál fue la motivación de Correa para actuar de tal manera contra F. Balda? las razones apuntan al hecho de que Balda se atrevió a hacer público lo que tiempo después se conoció como el ‘caso mameluco’, un hecho de acoso sexual que dejaría en evidencia una de las más oscuras facetas psicológicas de Correa y que siempre se preocupó de mantener celosamente oculta, caso que habiendo sido denunciado en la Fiscalía, el tristemente recordado fiscal Galo Chiriboga, obviamente lo archivó.

Pero todo cambió el miércoles 27 de junio, cuando el actual fiscal Paúl Pérez Reina anunció el inicio de una indagación para esclarecer esa historia. El Fiscal piensa que investigando el caso ‘Mameluco’ se entendería la versión según la cual el odio de Correa hacia Balda se originó en el hecho, de que éste había denunciado el caso en redes sociales. El Fiscal, en efecto, ha pedido que se localice a Xavier Andrés Herrería Ramírez, autor de la demanda, para que declare en la Fiscalía.

Herrería Ramírez hizo en 2011 esta denuncia, que seguramente nadie hubiera conocido, el fiscal Pérez Reina luego de escuchar testimonios dentro de las investigaciones sobre el secuestro a F. Balda, presume como todos que el odio de Correa por Balda y por el exasambleísta Galo Lara, se debe a que ellos publicaron la historia en medios y redes sociales.

Al respecto, Balda manifiesta: “Nosotros no condenamos las preferencias sexuales de nadie, pero sí las conductas impropias o delitos que se pretenden dejar en la impunidad”. Concordamos con eso, pero qué triste que esto haya sucedido dentro del Palacio de Gobierno, protagonizado por el mismísimo expresidente y que este caso, así como otros delitos sexuales, sigan impunes; no es extraño que hoy Xavier Herrería esté desaparecido.

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