El planeta está agonizando

ATILIO RUGEL ALBÁN

«Las masas humanas más peligrosas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo … del miedo al combate» (Octavio Paz).

Hay cosas en la vida que nadie puede ignorar ni ser ciego ante la realidad que se palpa de la forma cómo el hombre, calificado como el más grande depredador de la naturaleza, no ha detenido sus impulsos, que por enriquecerse ha aplicado el maquiavelismo en el sentido que “el fin justifica los medios”.

Esta actitud mezquina está haciendo agonizar a nuestra Madre Tierra, que expresa sus quejidos con variaciones climáticas, con los fenómenos de El Niño y La Niña, con terremotos y tsunamis, con erupciones volcánicas, con devastadores huracanes, con la inmisericorde destrucción de los bosques, con los grandes incendios provocados por agricultores y pirómanos, que ignorando que quemando los potreros están agotando los minerales del suelo y las bacterias que sirven para mejorar el abono.

No olvidemos que las grandes potencias del mundo nos envenenan la atmosfera con gases tóxicos provenientes de refinerías e industrias, sobre todo en países desarrollados, todo lo cual aumenta con el monóxido de carbono que sale por el tubo de escape de los automotores. Sin embargo, los todopoderosos ponen oídos sordos a los tratados que a nivel mundial se firman, mas, se le dice al mundo que hay que bajar la temperatura ambiental a menos de 1,5ºC para que la Tierra no se caliente y evitar el descongelamiento de los glaciares.

Y ¿qué decimos de nuestra amada provincia de Esmeraldas donde solo para ilustrar lo que nos sucede, observemos cómo el río Teaone, el río Viche y el Esmeraldas en sus últimos 15 o 20 km de recorrido, prácticamente los dos primeros han perdido su volumen de agua y al que pasa frente a nuestra ciudad se han formado islas que también afectan su caudal?

Pareciera que los humanos no tenemos un cerebro para pensar por su marcado espíritu de contradicción que nos conlleva a estar en contra de las situaciones normales y podemos observar con el sentido de la vista, que la situación que señalo de los ríos nuestras autoridades tendrán que poner asunto porque, además, están contaminados y matan las especies que en épocas pasadas sirvieron de alimento al campesino.

¡Así no se hace patria! pero en épocas de elecciones construyen castillos en el aire y luego se lamentan que cogieron las instituciones en condiciones deplorables. No sean ridículos y no alimenten los sueños de perro, porque ustedes sabían qué camino tenían que recorrer y es que el deseo de enriquecimiento que desborda todos los límites de muchas personas, hace que a nuestros pueblos se los mantenga en un descuido total.