Por la vida, vamos más despacio

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Parecía que los accidentes de tránsito iban disminuyendo, su baja incidencia en el feriado de difuntos nos inducía a pensar que monitorear por GPS doce mil vehículos de transporte publico tuvo un efecto positivo; pero las últimas tragedias viales nos han vuelto a la funesta realidad, las carreteras ecuatorianas continúan siendo un inmenso cementerio. En la crónica de estas tragedias persiste un factor que casi nunca falta como premisa en estos lamentables sucesos: el exceso de velocidad, siempre he creído que esta es la causa de las causas, a mis alumnos del Sindicato de Choferes de Quinindé, recuerdo les recalcaba como ejemplo que ir a velocidad de 90 Km por hora era igual que ir a 25 metros por segundo, entonces para desplazarnos indebidamente 50 metros, era suficiente un pequeño cabeceo de sueño, un ligero descuido de sólo dos segundos para invadir el carril contrario y chocarnos, o salirnos de la vía y volcarnos.

Cualquier frenazo intempestivamente necesario, cualquier maniobra imprevista, sería intrascendente a velocidad moderada, pero puede convertirse en tragedia si vamos a alta velocidad. Una acción de impericia, algún elemento extraño en la vía, un eventual desperfecto mecánico, fácilmente superable a velocidad moderada, pueden tener un terrible desenlace a exceso de velocidad. Pero no sólo apliquemos esto al tránsito, hagamos del vivir pausado un estilo de vida, la denominada cultura del SLOW DOWN, diametralmente opuesta al vértigo, la prisa y la desenfrenada locura de competencia de los actuales tiempos, algunas empresas francesas y alemanas han reducido su semana laboral a 35 y otras a 30 horas, incrementando su productividad hasta en 20%, no es hacer menos, es hacer las cosas bien, en ambientes de trabajo menos coercitivos y más alegres.

Calidad sin prisa, viajar sin prisa y hasta comer sin prisa, el conocido slow food europeo, que tiene como emblema un caracol, y que cuestiona la moda fast food y do it now (comida rápida y hazlo ahora americanos.) Es tiempo de aplicar las antiguas máximas: “La prisa es enemiga de la perfección” y “paso a paso se llega lejos” en la naturaleza los animales que más viven son los de vivir pausado, tortugas, elefantes. Mucha gente vive corriendo detrás del tiempo, pero sólo lo alcanzan cuando mueren, ya sea de un infarto o en un accidente, para que corremos, si la muerte está tan segura de su victoria que nos da toda la vida de ventaja, y esa carrera, con la prisa es cuando más rápido la perdemos. Por la vida, por nuestras familias, disminuyamos la velocidad.

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