Qué hacer con la delincuencia

MESÍAS MESTANZA SOLANO

La inseguridad que vive todo el país es una preocupación permanente de los órganos de la administración de justicia, a cuyo cargo está la aplicación regulada, mesurada y equilibrada del poder punitivo del Estado en los términos de lo que establece nuestra Constitución y el Código Orgánico Integral Penal.

No se puede entender el funcionamiento racional de la sociedad compuesta por seres humanos, si el Estado no ejerce el control de la delincuencia y garantiza los derechos de las personas con normas preestablecidas y órganos de la administración pública dotados de las herramientas legales e implementos para su prevención y sanción.

Cierto es que la tranquilidad y paz social no está únicamente en manos de la Fiscalía y de los jueces, sino de todos los ciudadanos que debemos coadyuvar y prestar nuestro contingente para la prevención del delito y el combate a la corrupción, y lo que es más, los operadores de justicia deben estar dotados de leyes que no permitan con facilidad la impunidad.

Se necesitan reformas al COIP… por decir…en el delito de robo, sea flagrante o no, que no opere las medidas alternativas a la prisión, sino que el detenido obtenga su libertad con sobreseimiento o sentencia ratificatoria de inocencia.

Entonces hay que reformar también la Constitución. Por otra parte, el país está inundado de droga y de consumidores que frente al policía están drogándose, y, de paso protestan por cualquier llamado de atención de los agentes del orden; hasta portan el examen psicosomático propio del consumidor. Una persona en estas condiciones, por el mínimo hecho reacciona violentamente, sin medir las consecuencias, adecuando su conducta a cualquier tipo penal e ir a formar parte de los reclusos a la escuela del delito, mal llamado Centro de Rehabilitación.

Nuestras leyes blandas no permiten a fiscales y jueces administrar justicia con mano dura, precisamente porque nuestro COIP y Constitución contienen normas que permiten con mucha facilidad dejar en la impunidad muchos delitos. El delincuente asalta, roba, hiere y mata sin temor, ya que el mal ejemplo de los poderosos de la patria está latente y como nadie los ha castigado, entonces creen que nada les pasará…Así de sencillo.

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