Redoble por Scorza

Pablo Escandón Montenegro

Son 35 años del accidente de avión que ocurrió en Madrid, en 1983, en el que murieron varios intelectuales y entre ellos el gran escritor peruano Manuel Scorza, el verdadero exponente del indigenismo mágico, si así se puede llamar al quinteto de novelas maravillosas en los Andes peruanos. Cada año rindo homenaje a este escritor que vivió los temas que narra en cada una de sus novelas: Garabombo, Agapito, la ciega que teje el futuro… Novelas fabulosas y duras; dramáticas y llenas de magia, tal como somos los latinoamericanos, los andinos; con nuestras exageraciones surreales que nos acompañan a diario.

Un redoble por Scorza porque su narrativa sea encumbrada en el pedestal que le corresponde, más allá de rememorar que aborda temas sociales en décadas muy movidas con intereses de transnacionales y gobiernos corruptos: ‘leit motiv’ que aún se repite en el gran relato de nuestra historia como naciones. Las cinco novelas deben ser leídas y releídas por todos los luchadores de las organizaciones civiles, por los políticos y por los escritores en ciernes. Allí está la verdadera historia social de América; allí radica también el espíritu de un luchador social y está encendida la llama del realismo mágico de los Andes. Si García Márquez es Caribe, Scorza es su par andino y entre sus obras hay una correspondencia íntima y complementaria. Es necesario leerlos a los dos para comprendernos más. Scorza también hizo poesía, pero su obra narrativa es la más representativa. ¿Qué habría pasado si ese avión no hubiera caído? ¿Qué otros poemas habría escrito? ¿Cuál sería su relación con la tecnología y la realidad política?

Preguntas que podemos proyectar una respuesta, pero no definir algo real. Porque Scorza es un notario mágico de su tiempo, es ese jinete insomne que aún cabalga entre nosotros, recordándonos que su literatura está vigente, que su obra es inmortal, como el sueño o el desvelo. Un redoble más por Scorza, hoy a 35 años de su muerte.

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