Educación técnica

Angel Polibio Chaves

Aunque pasó transitoriamente el drama alrededor del ingreso a la universidad, es necesario retomar el problema en su verdadera dimensión. Con enorme facilismo, el Gobierno Nacional trasladó el problema a las instituciones de educación superior, incluso bajo el compromiso de colaborar económicamente para afrontar los gastos de los denominados cursos de nivelación; sin embargo, aun cuando todos los aspirantes a la universidad pudieran obtener el anhelado cupo, el problema subsistiría, porque no se trata solamente de dar a los jóvenes un nivel aceptable de conocimientos para enfrentar exitosamente las exigencias de la formación de tercer nivel; se trata sobre todo de lograr que la educación como sistema, llegue a satisfacer las exigencias de la nación.

En el órgano rector de la educación superior se ha incluído a la entidad responsable de la planificación nacional, puesto que la educación no puede hallarse divorciada de los grandes objetivos nacionales y además, constituir un sólido sistema: la educación primaria conectada con la educación media y ésta a su vez, con la educación superior.

La educación técnica y tecnológica ha logrado ser reconocida como de nivel superior, la que revalorizada en su esencia y en el ámbito profesional, podría orientar a muchos jóvenes a optar por ella y no necesariamente a la formación universitaria, con lo que no solamente se puede lograr que se reduzca la presión por el ingreso a la universidad, sino responder en forma más eficiente a las necesidades de desarrollo nacional.

Ello desde luego requiere una amplia promoción de la educación técnica o tecnológica como una opción deseable, y adicionalmente, la necesidad de reformular los programas de estudio en el nivel medio, a fin de que desde los doce o trece años, los estudiantes puedan tener una orientación hacia ese tipo de formación y los conocimientos y destrezas que los habiliten para ella.