Religiones

Eduardo Naranjo Cruz

Denominamos percepción aquel fenómeno que permite al humano captar “realidades” a través de sus sentidos y hacer juicios que faciliten comprender mejor el mundo circundante, incluso sobre su propia existencia. Las percepciones le permiten entonces crear un mundo en su interior que está compuesto por “creencias”.

La psico-fisiología sostiene cuán erróneas pueden ser nuestras percepciones, sin embargo, los individuos somos proclives a construir “creencias”, basadas en nuestras experiencias sensoriales y algo de lógica, siendo así que dependemos en mucho de ellas, las que, en buena medida son cuestiones de fe, es decir, estar convencido de algo que no es posible comprobar realmente.

Fundamentados en las creencias de antiguos pensadores creyeron conveniente crear un sistema de normas que pudieran servir para el control social, esto de cierta forma pudo ser bueno, pero por la experiencia histórica conocemos que no es así, estos sistemas de creencias han servido más para administrar el poder sobre los otros, este es el caso contemporáneo del brasileño Edir Macedo, “dueño de la iglesia Universal y el sistema de comunicaciones Record”, con el que controla millones de personas, fue elemento decisivo en la elección de Bolsonaro el nuevo presidente populista que implica impredecibles consecuencias para los pobres.

Lamentable que una buena intención se convirtiera en algo tenebroso, en general las religiones más que bien han hecho el mal, salvo pequeños y puntuales casos donde hombres imbuidos de fe hicieron buenas obras. Circula en las redes las fotos de la mansión imperial en la que vive Macedo y esto sin duda se repetirá con todas las demás creencias. Aquí las comunidades religiosas no pagan impuestos y poseen bienes equivalentes a un 10% de la riqueza nacional.

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