Educación en nuevas manos

Daniel Jerez

Luego de la renuncia de Fander Falconí a causa de la posible reducción del presupuesto para la educación pública en la proforma 2019, el presidente Lenín Moreno designó este 3 de diciembre al catedráico Milton Luna como el nuevo ministro de Educación.

“Es momento de propiciar la participación de la sociedad, construyendo políticas en este campo. Requerimos una educación democrática. Vivimos por más de diez años de un obsesivo proyecto centralizador”, fueron sus primeras palabras como flamante ministro, afirmaciones que deberán ser la brújula para el nuevo rumbo que tome la educación en nuestro país. Concientes estamos de que por muchos años no ha existido una construcción social de la política pública en educación, donde se han tomado decisiones y se ha emitido políticas que han puesto al sistema educativo en riesgo y a punto del colapso.

El ministro Luna está involucrado en el sector educativo desde 1980 aproximadamente, con una amplia experiencia y conocimiento en este ámbito. Es doctor en Historia de la Educación por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España, tiene una maestría por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Historia Andina y como la principal carta de presentación para ser el nuevo ministro de esta cartera de Estado, está el ser Coordinador del Contrato Social por la Eduación Ecuador, un movimiento ciudadano amplio que desde 2002 promueve el derecho a la educación de calidad, impulsando la construcción de política pública colectiva en educación. Este movimiento ha generado acciones a lo largo de este tiempo enfocadas en una constante evaluación y fomento de propuestas en el sistema educativo.

Una tarea muy difícil la que enfrentan las nuevas autoridades de educación, en la cual debemos comprometernos todos los actores para impulsar el ejercicio del derecho a una educación de calidad como herramienta fundamental para el desarrollo de nuestro país. Como ciudadano, padre de familia y educador espero volver a confiar en nuestro sistema educativo donde se empiece un nuevo caminar, a través, de un diálogo nacional que genere acuerdos y la democratización de la educación anunciada por el nuevo ministro.