Día tercero

PRESENTACIÓN

El verdadero sentido de la Navidad

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del Cielo y de la Tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.

Que esta reunión, junto a tu pesebre, nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos alimente de valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad.

Oración inicial para todos los días

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.

Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

Oración final para todos los días

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén

Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén

Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

DÌA TERCERO

La mula y el buey

1. SALUDO
La creación fue hecha en Cristo y por eso es importante que la recordemos en esta novena. Sobre todo, cuando en estos tiempos se hace tan importante reflexionar sobre la ecología. Antes de comenzar, hagamos un pequeño momento de silencio y escuchemos los ruidos que la naturaleza nos brinda. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

2. ORACIÓN INICIAL

3. PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
San Francisco, creador del pesebre, introduce dos nuevos elementos en la representación del nacimiento del niño Dios. Son la mula y el buey. El buey, animal fuerte y fiel, seguramente lo ha deducido puesto que las narraciones bíblicas nos hablan de un establo; la mula recuerda aquel animal en el cual se trasladó María desde Nazaret hasta Belén.

4. LECTURA BÍBLICA
Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría e inteligencia espíritu de prudencia y valentía, espíritu para conocer a Yahvé y para respetarlo, y para gobernar según a sus preceptos.

No juzgará por las apariencias ni se decidirá por lo que se dice, sino que hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado.

Vendrá como cinturón la justicia, y la lealtad será el ceñidor de sus caderas. Palabra del Señor.

5. MEDITACIÓN
Recibir a Jesucristo en la propia vida implica luchar activamente por la paz. La mula y el buey son expresión de la pobreza en la cual nace Jesús: ¡El Salvador ha elegido nacer en medio de los más pobres, y en condiciones inhumanas! ¿Doy cabida en mi corazón a Jesús o le expulso de él con excusas? ¿Soy solidario con mis hermanos más necesitados?

6. VILLANCICOS

7. ORACIÓN FINAL

VILLANCICOS

1 CANCIÓN

DULCE JESÚS MÍO
Dulce Jesús mío, mi niño adorado (bis)
Ven a nuestras almas niñito, ven no tardes tanto (bis)
Del seno del padre, bajaste humanado (bis)
Deja ya el materno niñito, porque te veamos (bis)
De montes y valles, ven ¡oh deseado! (bis)
Rompe ya los cielos niñito, brota flor del campo (bis)
Dulce Jesús mío, mi niño adorado (bis)
Ven a nuestras almas niñito, ven no tardes tanto (bis)