Las complicidades

Rosalía Arteaga Serrano

Antes considerábamos al Ecuador una especie de isla de paz en medio de la violencia en relación en nuestros vecinos tanto del norte como del sur. Despertamos de sopetón con los secuestros y asesinatos de periodistas y de otros ecuatorianos por grupos delincuenciales que cruzaron la frontera desde Colombia, que cuentan con un cabecilla nacido en Esmeraldas.

Pensábamos que en los dramas del narcotráfico éramos un simple territorio de paso, sin darnos cuenta de que las complicidades para que ese tráfico ocurriera estaban llegando y permeando sectores que debían hacerse cargo de cuidar y controlar esas irregularidades.

Luego de las declaraciones en el juicio que se le lleva a cabo en los Estados Unidos contra Joaquín Guzmán, más conocido como el ‘Chapo’, capo de un peligroso y conocido cártel mexicano, sabemos que está implicado al menos un miembro de las Fuerzas Armadas de nuestro país.

La corrupción, que también se pudo avizorar cuando se denunció la venta de armamento desde cuarteles ecuatorianos a grupos irregulares de Colombia, ha permeado y contaminado nuestros militares.

Un gravísimo precedente, que seguramente obligará a las autoridades nacionales a hacer un análisis serio de lo que está ocurriendo y a tratar de tomar los correctivos necesarios, para que esto no se repita y, peor aún, se expanda como un cáncer en proceso de metástasis.

Estamos pagando caro no haber abierto los ojos a tiempo, para al menos advertir lo que estaba ocurriendo. Ahora que tenemos avisos y la constatación de lo acontecido, corresponde a quienes lideran Fuerzas Armadas y a la Justicia, actuar con todo el rigor de la ley.

No solamente castigar a los que han cometido delitos de esta naturaleza, sino también desestimular a los futuros delincuentes.

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