Listas las listas

Freddy Rodríguez García

Sí. Ya están listas las listas de candidatos y candidatas para las dignidades a elegirse el 24 de marzo del 2019. Dentro de casi todas las listas, como no podía ser de otra manera, aparecen muchos “listos” y, respetando la equidad de género, también muchas “listas”. Muy entretenido ha sido constatar las más extrañas alianzas que hayamos podido imaginar. Derechistas escoltados por izquierdistas, sus otrora antípodas ideológicos. “Revolucionarios ciudadanos”, de aquellos de las “manos limpias, las mentes lúcidas y los corazones ardientes”, seguidos por antiguos políticos, calificados por el “revolucionario máximo” como la quintaescencia de la partidocracia y “la larga noche neoliberal”. Seudo comunistas, que aun añoran el muro de Berlín, de la mano de populistas. ¿Entiende usted, perspicaz lector, el justificativo filosófico-político de tan sui géneris amalgamas? Yo, lo confieso, no lo entiendo. Quizá, emulando al arco iris, quisieron hacer de su participación política una fiesta de colores, y por ello se han juntado los naranjas con los amarillos, los verde botella con los verde limón, los rojos con los azules. No, no nos podemos quejar, por colorido no va a faltar. ¿No será que todos aquellos que, sin rubor, han abjurado de sus principios que antaño los defendían con tanto ahínco, hoy buscan encaramarse en el carro de los triunfadores? ¿Será tal vez que nunca tuvieron una ideología verdadera, y, tanto ayer como ahora, se acomodaron donde mejor les convenía? ¿Será acaso que el populismo se ha impuesto para siempre jamás sobre las ideologías y los principios? Vivimos, que duda cabe, el momento más importante del pragmatismo político. Maquiavelo, seguramente, estará de plácemes: “El fin justifica los medios”. La mayoría, con las honrosas excepciones de rigor, parece guiarse por la ranchera que dice “que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”. Por ello, cuando les preguntan como arribaron a esos acuerdos, muy sueltos de huesos responden que lo hicieron “en aras de un bien superior” (el de ellos, por supuesto), y que, muy a la mexicana, su ideología no es de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario.