Salvatore Foti
No podemos quedarnos callados o, peor, como hipócritas frente a lo que pasa en el país. La subida de las gasolinas extra y ecopaís es un durísimo golpe a la economía. Se trata de medidas insensibles que harán subir los costos de diferentes productos y servicios. Nos hará la vida más difícil y cara a todos y todas, pues se trata de un aumento considerable.
El país está oficialmente en recesión económica y 2019 viene muy turbulento e impredecible tanto política como económicamente. Es una pena que se recurra siempre a la población para pagar los platos rotos de las pésimas decisiones tomadas por los políticos de turno.
Da pena que nadie quiera dar la cara por las decisiones tomadas; se dice que todo es culpa del gobierno anterior, pero somos muchos los que creemos que también se trata de la pésima gestión de los dos años del actual gobierno. Hacerse las victimas es para mediocres; en cambio, liderar y saber encontrar soluciones, es de los grandes estadistas.
Sobran mediocres y siguen faltando estadistas. No puede ser que no haya más remedio que subir la gasolina. Admitamos que, para gobernar de esta manera, sería más que suficiente un contador en lugar de un Presidente y hasta mejor nos iría. Qué falta de imaginación y previsión.
El país vive una crisis muy profunda, pero todavía no lo entendemos; estamos en estado de shock y nadie reacciona. Este es un suicidio político incomprensible a primera vista.
Estemos seguros de que algo se anda buscando por ahí. Varios sectores sociales empiezan a distanciarse del Ejecutivo y esto es solo el comienzo de un efecto dominó que va a generar, inevitablemente, más incertidumbre e inestabilidad a cortísimo plazo.
Ya nos dieron una “feliz Navidad”, pero es bastante probable que para 2019 nos quieran hacer “más felices” subiendo otros rubros. Esperemos que el Gobierno se sensibilice y, tan caritativo como siempre ha dicho de ser, dé marcha atrás.
Caso contrario, pronto volveremos a vivir los acontecimientos de antaño cuando en las protestas populares las consigna era: “¡Que se vayan todos!”.
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