Nueva Corte

Luego de un riguroso proceso de selección, la Corte Constitucional, máximo órgano de control, interpretación constitucional y de administración de justicia en esta materia, finalmente ha sido renovado. Muchos han cuestionado la forma de integración de la comisión calificadora y aspectos relacionados con el proceso de selección, en lo personal me siento satisfecho con los nuevos integrantes, pues luego de varios años la máxima instancia de interpretación de la Constitución, tendrá en sus filas a verdaderos juristas de trayectoria sometidos a verdadero proceso de selección con puntajes reales y perfectibles, a diferencia de los resultados de 100/100 a los que nos acostumbró y acomodó el correísmo.

En los varios meses que han transcurrido del actual gobierno, no cesan en salir a la luz los interminables actos de corrupción cometidos en la década pasada, los cuales involucran escandalosos casos en el sector justicia con sobreseimientos, condenas y rebaja de penas, ajustadas a la medida de los grupos de poder, que esperemos ahora estén de salida. Estos hechos además del normal funcionamiento de un estado de derecho, exigen órganos de control integrados con gente de amplia trayectoria profesional y probidad, pues al hablar de justicia se debe tener en cuenta que los jueces al momento de administrar justicia y en ciertos casos en los que se debe dirimir sobre la libertad de las personas tienen un poder casi divino, pues un fallo equivoco condenando injustamente con la privación de libertad de una persona acaba con su derecho a la vida plena.

Me obligo a pensar positivamente, no calificando a la nueva Corte Constitucional como una Corte de lujo, pues su selección es apenas el principio y los seres humanos somos imperfectos, habrá que esperar sus fallos especialmente en los temas más sensibles que deberán abordar, pero si con la sensación que en este caso particular se ha procurado transparencia y verdadera meritocracia, lo cual garantiza en cierta medida que la justicia será impartida de manera objetiva, precautelando los más altos intereses del Estado y sus ciudadanos, con la esperanza de que este apaleado país tiene la templanza de levantarse despojándose de las mafias que lo llevaron al desgobierno.