Aliento para el contralor

CARLOS CONCHA JIJÓN

No quedan dudas que el contralor subrogante, Pablo Celi, está realizando una labor fiscalizadora correcta, visión que me permite opinar sobre la necesidad de darle un voto de confianza para que continúe su labor, como manda la ley. Creo que el Contralor está demostrando valentía, después de una crisis institucional y sobre todo moral por la que atravesó el país.

Ser Contralor en un estado de apetitos voraces y peligros, anegados por una ciénaga de inmoralidad, él representa el sol de moralidad iluminando su camino en el marco del funcionario honesto y capaz. Celi está obrando bien, tomando el toro por los cuernos, para poner al descubierto la interminable cola de irregularidades faenadas en el campo de la inmoralidad, que seguramente estaban camufladas en una invisibilidad provocada por los genios de la corrupción, que dejaron huellas lacerantes e imborrables de sus hazañas delictivas y desastre económico, que hoy estamos pagando los ecuatorianos.

Tengo la impresión que hoy mismo Celi debe tener una fuerte presión, originada por las fuerzas del mal, que a toda costa tratarán de impedir que se develen un sin fin de mañoserías que podrían poner entre rejas a muchos violadores de la ley. Me atrevo a pensar, que todavía existirían algunos fanáticos y adoradores del ‘santo Correa’, rogándole a él para que les dé una ayudita, pero también saben que hoy no está en condiciones de hacer malabares con las finanzas públicas, ni mucho menos milagros con algunos jueces, que actuaron como títeres cumpliendo sus órdenes.

También es conocido por todos que los correístas, que todavía existen en la Asamblea, podrían hacer lo imposible para que los descubrimientos realizados por Celi terminen y no continúe sacando los cueros al sol de aquellos que tienen más pintas que el mismo tigre. A través de esta columna le brindo mi respaldo por la excelente labor que está realizando en Contraloría.

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