Manduriacu y sus efectos nocivos

ATILIO RUGEL ALBÁN

Levanta tu voz Esmeraldas ante las injusticias. El ciudadano común tiene miedo de expresar la verdad; pero también hay complicidad cuando se calla. El Ecuador de la ‘década perdida’ ya no solo experimenta los atracos que se hicieron al realizar obras por cientos que les dejaron jugosas cuotas que los enriquecieron y que vislumbraron los órganos de los sentidos especialmente el de la vista a quienes todavía siguen engañados; pero nunca imaginaron los daños que se provocarían en la infraestructura por los pésimos materiales que se colocaron Y con sobreprecios escalofriantes que desbordan lo que de rescatable tiene la inteligencia humana que no alcanza a entender cómo los zorros de la maldad pudieron hilar en su mente situaciones que avergüenzan.

Esmeraldas, este paraíso terrenal del noroccidente ecuatoriano que representa una biodiversidad ecológica que otros envidian, está sufriendo el azote de la ligereza humana que ahonda el problema de la falta de agua potable que por décadas hemos sufrido y hoy que comenzamos a celebrar la presencia del líquido vital; nos encontramos que tres días del mes de diciembre no dispusimos de su consumo porque la Central Hidroeléctrica Manduriacu que queda entre Imbabura Y pichincha; lanza sus aguas contaminadas de amoniaco al Guayllabamba que se conectan con ríos de Santo Domingo que en su ·trayecto van a desembocar a los ríos de la provincia de Esmeraldas.

La TV nos refleja cómo las especies cuyo hábitat son estos ríos mueren por miles en sus riveras. Nos preguntamos: ¿Qué está pasando con Esmeraldas que, a más de sufrir marginación, discrimen Y de que las obras nos llegan a cuentagotas, existe la perversa actitud de las empresas públicas y privadas cuyos directivos están conscientes del daño que hacen y sin embargo revierten todo tipo de desechos volviendo las aguas impuras Y trayendo como lógica consecuencia daños a la agricultura, ganadería y pesca?

¿Acaso quienes construyen las obras no son profesionales que deben cumplir una serie de requisitos tanto sanitarios como del Ministerio de Obras Públicas y Municipales, cuando esta situación se da obtienen los permisos para proceder? Pero sucede que en Esmeraldas que es tierra de nadie las cosas se hacen sin planificación, naturalmente porque ya pasaron la mano a los controladores de la situación. Una vez más sufrimos el azote de la indiferencia y con disculpas que no tienen nada de lógica tratan de tranquilizar a un pueblo que ha perdido la paciencia.