Una voz en quien confiar ante la depresión extrema

DEPRESIÓN. Muchas personas presentan problemas tan fuertes, pero en el país hay organismos de ayuda.
DEPRESIÓN. Muchas personas presentan problemas tan fuertes, pero en el país hay organismos de ayuda.

Detrás de una línea telefónica están personas dispuestas a escuchar y acompañar.

“Yo ya había escogido el día y la hora”… Esta frase salió de la boca de ‘Teresa’ (nombre protegido), quien ahora tiene 40 años y en un momento pensó en quitarse la vida para dar solución a sus problemas, que no explicó cuáles eran, pero que atormentaban su día a día.

Felizmente, ella está aún en este mundo y disfrutando de su familia, a la que pidió perdón por las ideas destructivas que rondaron su cabeza por mucho tiempo. Esta mujer, al igual que otras tantas personas de todas las edades, pidieron ayuda y eso les ha salvado la vida.

La asistencia llega de diferentes partes, dice la mujer, que en su caso fue su misma familia; y para otros hay personas anónimas que están dispuestas a escuchar y conducirlos a que encuentren el camino de la solución. Estos son los voluntarios que están detrás de un teléfono, como los de la Fundación Teléfono Amigo y Ayuda T, de la Fundación Nuestros Jóvenes, organizaciones sin fines de lucro que brindan su apoyo en el país desde 1988.

La voz amiga
‘Flor’ (seudónimo de una voluntaria) ha sabido escuchar, por aproximadamente ocho años, las angustias, las tristezas y desesperanzas de cientos de personas que han llamado al Teléfono Amigo.

TOME NOTA
Ayuda T (02) 244 9650 / (02) 6000477 / (02) 292 3327 Atención: 09:00 a 17:00

“Tenemos un incidencia de llamadas que hablan de la soledad básicamente. La mayoría de las veces dicen que no encuentran un camino o salida y hablan del suicidio, se les brinda apoyo, acompañamiento, comprensión, se les permite hablar y que se descarguen para que sientan un poco más de alivio. El estrés acumulado desciende y se les da varias opciones”.

Los voluntarios anónimos, que siempre se presentan con seudónimos, no piden nombres ni datos a los que llaman, su misión es escucharles y proporcionarles acompañamiento con comprensión para conseguir reducir el nivel de estrés y de angustia. “No juzgamos, no criticamos ni emitimos calificativos. Es un acompañamiento”, puntualiza ‘Flor’.

Quienes están al otro lado de la línea telefónica actúan con serenidad y cuando la persona que llama habla de suicidio, tienen varios métodos para hacerles saber que hay seres cercanos a los que harían falta. Muchos logran salir del estado crónico y “encuentran un poco de serenidad y paz”, añade.

Asistencia
En la Fundación Teléfono Amigo cuentan con dos sicólogos voluntarios que atienden a quienes, después de haber llamado a que les escuchen, quieren recibir asistencia profesional, cuenta ‘Flor’. Pero también en Ayuda T se les escucha y luego, con consentimiento, se les da asistencia sicológica y si requieren de otros expertos se les redirecciona a distintas instituciones para recibir ayuda médica o legal, dependiendo de lo que requieran, cuenta María José Sáenz, encargada del proyecto de prevención de género. (CM)