Realidad política

Lamentamos tener que decir que el fervor político del pueblo casi ha desaparecido por obre y gracia de quien todos sabemos, años atrás la campaña pre electoral encendía de civismo a todos los corazones, en cambio ahora vemos que se ha arraigado la apatía, frialdad fuera del civismo de otros tiempos.

Con estas tristes manifestaciones que hoy tenemos podemos decir que también la política tiene que ser legitimada, para que trasciendan los valores éticos y morales que busquen la solución de los problemas sociales que tienen que ver el pueblo.

¿Cómo es posible que los partidos, movimientos políticos hayan olvidado sus propios objetivos?

Algunos candidatos dan la impresión de que no están seguros de que si viven soñando o sueñan que están viviendo; de igual manera se sienten pequeños, solos y vulnerables, están como ver llover, o como navegantes desolados en un mar de cimas y nubes, en completo silencio lunar.

Qué pena que se haya devaluado tanto el espíritu cívico de las corrientes políticas, que metían tanta alegría en temporada de campaña, especialmente entregaban su programa de trabajo en caso de llegar por elección popular.

Hay un sector de población que se detiene en el tema de la Vicepresidencia, con el fin de distraer al electorado, cuando cualquier estudiante de Derecho sabe que las leyes se hacen para que rijan hacia el futuro y no con carácter retroactivo.

Así las cosas electorales nos hacen pensar que el resultado nadie puede acertar. Hagamos que llegue la hora de confiar en políticos conscientes y capaces.