“Yo creo que vivimos el resultado de varios fenómenos que han tenido un trabajo importante de la industria enfocada a la música urbana para posicionar este género. Hay un cambio total. Los referentes como J Balvin y Bad Bunny (por nombrar a algunos) lograron que se escuche una propuesta latina-urbana, pero con una visión más global; ambos artistas son esenciales para entender lo que está sucediendo ahora dentro de esta tendencia.
La música urbana es el nuevo rock. Para mí, el trap es el rock actual, es la música que escuchan los jóvenes, quienes siempre llevan la pauta de lo que está de moda y que desafía al sistema.
El rock se ha quedado como algo conservador, mientras que estos otros referentes evolucionan en cada tema y le tienen menos miedo al cambio; tanto así como para que festivales grandes como Primavera Sound (Barcelona) o grandes medios de la cultura popular estadounidense como Pichfork o Rolling Stone, hagan referencia a cantantes urbanos”.
“Creo que la música urbana está manejada con muchísimo presupuesto. En este punto sería bastante infantil y complejo hacer a un lado al género urbano. Yo conozco a muchos ingenieros musicales de mezcla que están metidos dentro del género urbano y han hecho que estas canciones suenen del carajo.
Hay muchas cosas que se escuchan muy bien. Por ejemplo está Rosalía, quien ahora es un referente que tiene como ingeniero en mezcla a Jaycen Joshua, todo un ‘rockstar’ y un ‘capo’ en este medio.
La música urbana actualmente trabaja con ingenieros de sonido espectaculares y hay mucha plata por delante, por lo tanto, despreciar a ese género sería un error.
De hecho, la gente que en Ecuador está haciendo música urbana tiene un reto, justamente porque el género actualmente suena gigantesco.
Por otra parte, hemos pasado por un momento difícil en la cuestión de rock ecuatoriano, puesto que sonoramente les falta que suenen como los grandes”.