Año nuevo y elecciones

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

El tema electoral estará vigente al inicio de este año, dado que el domingo 24 de marzo de 2019 estamos convocados a elecciones seccionales, con varios miles de candidatos de casi 300 agrupaciones políticas: 8 Partidos políticos, 15 Movimientos nacionales, 72 movimientos provinciales, 164 cantonales, 21 parroquiales; recuerdo el tiempo en que con diez o doce partidos políticos creíamos que eran demasiados, llegó Correa descalificando a los partidos, suprimiendo los que le convenía, para dar paso a la actual atomización que ha hecho surgir agrupaciones políticas, de toda laya, algunas sin ningún sustento ideológico ni orgánico-estructural, tres familias grandes de una parroquia se pueden reunir y formar su movimiento, como regla del correato el remedio resultó peor que la enfermedad.

Una de las consecuencias de esta proliferación de actores políticos, que reemplazaron a los clásicos partidos de derecha, centro o de izquierda, es la confusión que se produce en los electores, ni hablar de los engorrosos conteos y escrutinios. En Esmeraldas la cosa ya está prendida, quienes no pueden reelegirse en sus mismas funciones han optado por lanzarse para otras dignidades, tal el caso de Lucía Sosa, no puede repetir Prefectura, pero ahora corre por la Alcaldía, sin ser igual, es parecido el caso de Roberta Zambrano, quien dejará la comodidad de la Asamblea por la Prefectura de Esmeraldas; Lenín Lara sí está facultado para reelegirse y de hecho lo hace por una coalición, donde AP ya no significa Alianza PAIS sino Alianza Progresista; en los tres casos su mejor carta de presentación serán las ejecutorias en la función que dejan, claro seguramente todos hablarán de lucha contra la corrupción, será de ver quienes tienen calidad moral para hacerlo.

Otros candidatos son figuras relativamente nuevas en el ámbito político y destacan justamente esa condición como atributo para distinguirse del resto, me van a disculpar pero nada garantiza en política que lo nuevo sea mejor, ya vivimos una pésima experiencia, a Correa le dimos nuestro voto y nuestra confianza, porque “era nuevo en política” y ya conocemos los resultados: una década de corrupción, abusos y despilfarro como nunca se tuvo en el país. Todos deseamos y también esperamos una lluvia de bendiciones para el nuevo año, pero lo que ya se inició es un diluvio de promesas y ofrecimientos por parte de ese batallón de candidatos, promesas impregnadas de demagogia que siendo realistas no se cumplirán en un 80 %. Hagamos una elección inteligente, enero será un mes difícil, no obstante ¡Feliz año nuevo!

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