POR: Germánico Solis
El Teatro Imbabura de la Casa de la Cultura Núcleo de Imbabura, fue el escenario en el que hace poco la Corporación Indoamérica con el apoyo del Ministerio de Cultura y Patrimonio, procedió a realizar un homenaje de reconocimiento a personajes de la cultura asentados en Imbabura y que muestran referencias de una trayectoria de más de 20 años aportando a las artes del país.
Festival “Huellas de Arte”, es el nombre que capitula el homenaje. El director de la Corporación Indoamérica, Estuardo Guamán, mentalizador del festival y de las distinciones, suscita por segundo año registrar el trabajo y talento de los actores culturales, confiriendo una insignia que reseña la especialidad de cada uno de los escogidos.
En esta vez se refrendan la historia cultural de Imbabura los ensayados artistas y creadores, Tocayo Sandoval, Miguel Ayala, Manuel Guaján, Trio de los Hnos. Pozo, Juan Valdivieso, César Ruiz, Ulpiano Galindo, Plutarco Viveros, Vicente Cualchi, Luis Escanta, Germánico Solis y Marcelo Campos. Los homenajeados ejercen distintas disciplinas del arte y son personalidades notadas en la provincia, el quehacer de algunos de ellos ha trascendido fuera de las fronteras. Ellos representan a la música, canto, artes plásticas, poesía y la gestión cultural.
El festival “Huellas de Arte” es un espacio pertinente para visualizar a valiosos artistas locales y a su espíritu creador, que desagregados de las miradas de las autoridades han hecho de sus vidas, un devocionario de amor para la cultura, sin esperar que los desvelos y aprietos causados por su obcecación por la creación, sean motivo para encopetar posturas o vanidades. Todos los convocados están amasados con el barro de la sencillez y el soplo del afecto de un pueblo que se complace y reconoce sus andares.
La mística de la Corporación Indoamérica arraigará en el tiempo la imbabureñidad y la identidad ecuatoriana, mañana serán otros nombres de valiosas mujeres y hombres que se sumarán a engrosar las páginas marginadas por el arte y la cultura de este suelo grande, que acaso sería inacabado sin la sangre amante de sus artistas que sueñan verla altiva, bizarra y universal.