POR: Manuel Báez R.
En esta misma columna, hace algunos días, tratamos el tema del avance de la tecnología electrónica, que con nuevos inventos pone a toda la humanidad en situaciones preocupantes.
Como este tema, en verdad es apasionante, esta vez hagamos el tratamiento desde la perspectiva de nosotros mismos.
Por supuesto que la ciencia ha avanzado de una manera espectacular, trayendo muchas cosas al alcance de nuestros sentidos, con la ayuda de equipos auxiliares que amplían nuestros sentidos.
Obviamente, construimos una realidad de acuerdo con nuestra percepción.
Es admirable que se está creando para nosotros en cualquier parte del mundo, así citaremos que estas creaciones suceden incesantemente en el tiempo y en el espacio; pongamos brevemente un ejemplo: Al oler la fragancia de una rosa, al ver la luna llena o al sentir la neblina se transmite a la mente. Al final de cuentas, es nuestra mente la que ve, escucha, saborea, huele y toca. Así las cosas podríamos decir que la percepción no solo se forma por medio de los sonidos y se interpreta por medio de la mente sino que depende de las experiencias pasadas que se han ido acumulando para convertirse en un experimento con ropaje de invento.
Necesitamos darnos cuenta de que tanto la percepción como la experiencia se crean en la mente de los investigadores.
Finalmente, la verdadera estructura del cerebro en sí y en general todo depende de las experiencias previas en el mundo.
Así, la necesidad crea nuevos inventos para la humanidad, lo que es digno de reconocimiento por parte de todos.
En concreto, sin la mente no existiría el universo.