Un gobierno en apuros

Hernán Yaguana Romero

La situación económica actual de Ecuador es algo que ya se venía venir desde hace mucho tiempo, incluso antes de la terminación del régimen ‘revolucionario’; malas noticias, no será la única ocasión, los años siguientes también cobrarán factura de todo el endeudamiento en el cual se encuentra el país.

El actual gobernante está consciente del escenario difícil que atravesamos, y de cómo se agudiza cada día más; sin embargo, hay temor de comunicar la realidad al sector público; por tanto, ese sector, “desconocedor de lo que pasa” sigue actuando de manera desprolija, gastando tal como si estuviéramos en una época de bonanza. Es comprensible que los hijos al ignorar la realidad de sus padres sigan procediendo igual, lo malo aquí es que no hablamos de un hogar, sino de miles de hogares, millones de ciudadanos inconscientes del presente contexto económico ecuatoriano.

¿Por qué no se cuenta la verdad?, simplemente porque hay intereses de ciertos sectores a los cuales ponerles la mano encima sería un atentado contra su estabilidad, si no veamos lo sucedido recientemente cuando se envió la proforma 2019 a la Asamblea Nacional, inmediatamente llegaron recados para que, a ciertos fragmentos, por previos acuerdos, no se los toque.

En un momento de crisis aguda, no se debe actuar de esa forma. Si queremos dar salidas beneficiosas a este endeudamiento eterno y cada vez más elevado, es prudente exigirles a todos en iguales condiciones, el sacrificio no puede estar parcelado. A la desigualdad se la combate siendo justos, y el primer ejemplo debe estar en nuestros mandantes. La Constitución de la República del Ecuador es clara y señala que todos debemos contribuir con el Estado.

En resumen, los ciudadanos pedimos veracidad e igualdad a todos quienes actualmente rigen nuestros destinos. (O)

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