Afectados por aguaje en Súa se sienten burlados

Redacción ESMERALDAS

«No estamos pidiendo limosna, sabemos trabajar. Lo que pedimos es que cumplan lo ofrecido». Esa frase se repite con frecuencia entre los operadores turísticos de la parroquia Súa, cantón Atacames, sur de Esmeraldas. Ellos, el 22 de diciembre fueron víctimas del aguaje, el más fuerte en más de 10 años.

Ese día previo a la Navidad, el mar golpeó con tal violencia que arrasó con 18 bohíos donde se ofertaba cerveza, cocteles y diversión. Y no lo es todo. Los 20 locales formales: restaurantes, hoteles y vendedores de ropa de playa sufrieron el ingreso del agua salada a sus congeladores, ropas y cuartos.

El presidente de la Junta Parroquial, Fernando Arcos, está convencido que todo eso se lo pudo evitar. «A las autoridades gubernamentales y seccionales se les dijo que reparen el malecon, pero no lo hicieron», asegura. Y lamenta que en la reunión del Comité de la Reconstrucción que sesionó el miércoles pasado en Esmeraldas, solo se les haya asignado uno de los 5.5 millones de dólares que costaría tener un malecón con cinco rompeolas.

«Nos sentimos burlados. Súa es afectada por el aguaje, pero en la reunión del Comité, ni siquiera dejaron que ingresen nuestros representantes», lo dijo con molestia Maritza Jirón, dueña de uno de los bohíos colapsado. Ella desde ese día no ha parado de buscar ayuda para reactivarse con un negocio afín, pero no lo ha logrado.

«La situación económica está difícil en Súa, pero saldremos adelante. Nosotros sabemos trabajar», agregó con orgullo de emprendedor.

Los afectados por el aguaje se reunirán la tarde de hoy para definir las acciones a seguir. Una de ellas podría ser elaborar pancartas y mostrarse al presidente Lenín Moreno, la siguiente semana que visite Esmeraldas.