¿La culpable es ella?

Marlon Tandazo Palacio

¡Increíble! ¿Verdad? Pero es el criterio de quienes consideran a Martha, la mujer de quien más se ha hablado esta semana, como la culpable por exponerse. Evitaré entrar en detalles de lo difundido en medios y redes sociales. Los hechos son que, un domingo tarde en Quito, una mujer de 35 años, fue sedada, violada brutalmente y filmada por sus amigos a quienes conocía desde hace dos años.

Según reporte de la Policía Judicial publicado por El Telégrafo, en Ecuador sólo en 2018 fueron detenidas 1.298 personas por delitos sexuales (abuso sexual 503, acoso sexual 65, violación 730) en Quito 239, Guayaquil 180, El Oro 72, Loja 43, Azuay 42 y resto del país 722. A estas cifras se suman 309 víctimas de femicidio entre 2014 y 2018.

El colectivo Wambra, afirma que sólo el 20% de las mujeres violentadas en el país acuden a la justicia, de ellas menos del 50% concluyen la denuncia. Lo que significa que el 80% de las mujeres que sufren violencia no denuncian. ¿Por qué ocurre esto?

Es el resultado de la arcaica estructura patriarcal que cosifica a mujeres. Esta estructura social las percibe como atractivas muñecas de cacería viril, ello supone justificar piropos morbosos por su físico o vestimenta, manoseo en buses, acoso digital y violencia simbólica que incluye canciones. ¡Qué importa su edad, condición o parentesco! El violento supone que tiene las de ganar porque es autoridad, profesor, papá, amigo o esposo. Ejerce poder simbólico o económico sobre su víctima. Sabe que quien denuncie se enfrentará a su red de aliados influyentes y al “qué dirán”. Ahí empiezan los “y si” y si lo apresan ¿quién mantendrá el hogar? ¿Y si cumple amenazas? ¿Y si pierdo mi trabajo? Así gana la impunidad, cómplice de allegados y algunos servidores públicos nada comprometidos. Sorprende, que mujeres nada solidarias juzguen a la víctima. ¡Ella no es la culpable! (O)

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