Pucará de Rumicucho, fortaleza inca que mantiene la historia

ARQUITECTURA. El pucará fue construido sobre una colina que previamente fue modificada por los incas.
ARQUITECTURA. El pucará fue construido sobre una colina que previamente fue modificada por los incas.

Este sitio, con 500 años de vida, es poco conocido, incluso por quienes habitan en sus cercanías.

Desde San Antonio de Pichincha, aproximadamente a 45 minutos al norte de Quito, siguiendo el carretero que conduce a San José de Minas y Perucho se llega hasta el Pucará de Rumicucho, una construcción inca que cuenta la actividad militar y ritual de este pueblo que dominó a los Quitu Caras, que habitaron el lugar antes de su llegada.

El Pucará de Rumicucho, al que se llega tomando un bus en la estación de La Ofelia, en el norte de la capital, se divisa desde el mismo momento en que se desciende del vehículo, en la avenida de Las Culturas, una vía asfaltada por donde se camina aproximadamente 15 minutos.

En el lugar existe un pequeño museo que exhibe piezas de vasijas, cerámica lítica, huesos, armamento inca (boleadoras, piedras de onda y rompe nucas), tupus de hueso (prendedores), agujas, piedras de moler, que los Incas y Quitu Cara dejaron en el Pucará, que aunque no lo habitaron, trabajaron en la construcción del mismo, explica a los visitantes la guía Verónica León.

PRECISIÓN. Este pasillo fue diseñado en el sentido que recorre el Sol desde que amanece hasta que anochece.
PRECISIÓN. Este pasillo fue diseñado en el sentido que recorre el Sol desde que amanece hasta que anochece.

Fortaleza con varias funciones
El Pucará de Rumicucho, asentado en una pequeña elevación junto al cerro Catequilla, pertenece a 27 exhuasipungueros. Ellos trabajaron en la hacienda del mismo nombre que, en la actualidad, aunque ya no viven en el sector, están agrupados en la Cooperativa 29 de Junio y cobran 1 dólar para ingresar al sitio, que mide 520 m de largo, 120 m de ancho y 25 m de altura.

La forma alargada de la colina en que se encuentra determinó que la edificación se distribuya en varios espacios horizontales (cinco terrazas), rodeados por sólidos muros de contención. Están construidos con piedra andesita, extraída de las elevaciones cercanas al lugar.

EL DATO
Pucará deriva de dos voces kichwas: ‘Rumi’, que significa piedra y ‘Cucho’, que es rincón. Rumicucho quiere decir ‘Rincón de piedra’.Esta infraestructura inca cumplía varias funciones: era una fortaleza militar, un tambo (lugar de descanso) y un sitio religioso. Desde la tercera terraza, la más alta que está en la cima, se observa con claridad todo lo que hay alrededor. Y los incas pudieron observar en los cuatro puntos cardinales: a los caranquis por el norte, al sur a los quitus, al occidente a los yumbos y al oriente una quebrada, por lo que les era fácil divisar el acercamiento de grupos, atraparlos o defenderse.

Y como los incas eran muy religiosos, en Rumicucho construyeron, en la cuarta terraza, ubicada hacia el norte, el Coricancha o Qoricancha (templo sagrado), una edificación en forma ovoidal que quería plasmar la forma del Sol en la Tierra. Los incas creían en tres mundos: el de abajo (por donde pasa el agua), el de aquí (la Tierra) y el de arriba (el aire), relata León.

Los otros recintos eran cuadrados o rectangulares, como el área social llamada Acllahuasi, la casa para la mujeres vírgenes, bonitas y doncellas que viajaban con el rey y que se encargaban de preparar los alimentos, manjares y bebidas. En este sitio se encontraron agujas de camélidos (llamas o alpacas), lo cual evidencia que había un trabajo textil.

CEREMONIAS. En la parte alta del pucará se llevan a cabo ceremonias energéticas.
CEREMONIAS. En la parte alta del pucará se llevan a cabo ceremonias energéticas.

Falta apoyo
Después de la Conquista, este sitio quedó en el abandono y los dueños, así como los arrendatarios de la hacienda Rumicucho, vendieron las piedras del pucará en su desconocimiento de saber de lo que se trataba. Más tarde, entre 1968 y 1972, se convirtió en un polígono militar y en 1976, ante el reporte de Carlos Andrade Marín, el Banco Central inició los estudios con excavaciones, informes y publicaciones y lo consideró un sitio patrimonial.

El Pucará de Rumicucho está totalmente investigado y restaurado. Este trabajo lo hizo el arqueólogo Holger Jara, del Instituto Metropolitano de Patrimonio de Quito, para luego ser entregado a sus actuales dueños. La mayoría son personas de la tercera edad, que, al igual que los vecinos del lugar, no tienen conciencia clara del valor histórico y patrimonial del sitio, al que suelen llegar grupos de personas a realizar ceremonias que les permite cargarse de energías.

El Pucará de Rumicucho es un rincón adecuado para organizar ceremonias en los solsticios y equinoccios, como el Pawkar Raymi, el Inti Raymi, el Colla Raymi y Kapac Raymi. Sin emabrgo, no existe la colaboración de sus dueños ni de las autoridades locales para ejecutarlos, lamenta Verónica León, quien atiende al visitante los fines de semana, de 09:00 a 17:00, proporcionándoles información del lugar. (CM)

Presencia Inca
° En cada una de las provincias de la Sierra se encuentran sitios incas, como Ingapirca en Cañar, Pumapungo en Azuay, Salitre en Cotopaxi y el Kapac Ñan en Chimborazo. En Pichincha existen varios, como el de Quitoloma, Guayllabamba, El Quinche, Rumicucho y Caranqui.