El cóndor enfrenta una batalla que va perdiendo

FOTO: AFP
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‘Ami’, una joven cóndor hembra, fue encontrada sin vida en diciembre de 2018, el diagnóstico: envenenada. Asimismo, le 23 de enero rescataron a dos machos adultos muy débiles con síntomas de envenenamiento. Estos casos se presentaron en tres sitios diferentes de Cotopaxi, una provincia que tiene importantes puntos usados por estas aves, consideradas las más grandes del mundo, como dormideros y otros para alimentarse.

El envenenamiento, directo o indirecto, es solo una de las varias amenazas que enfrenta la reducida población de esta especie en el país, que de acuerdo con el segundo censo poblacional de 2018, variaría entre 140-270 individuos, datos compilados en el Plan de acción para la conservación del cóndor andino en Ecuador.

Esta práctica también está afectando a la población de Colombia, donde se calcula que existen unos 150 individuos. El último caso es el de ‘Dasan’ e ‘Illika’, encontrados en noviembre de 2018 con síntomas de intoxicación en el páramo del municipio Cerrito, (noreste colombiano), al que regresaron después de dos meses de cuidados. Los rastreadores satelitales que llevan dan cuenta que desde su liberación, los primeros días de enero, han recorrido unos 500 km. (CM)

Amenazas
La pérdida o deterioro de su hábitat, la cacería, el envenenamiento de carroñas, la competencia por alimento con perros ferales y domésticos asilvestrados y la falta de alimento en las áreas naturales protegidas.

Transformación
El páramo, el hábitat del cóndor, se enfrenta a la ampliación de la frontera agrícola-ganadera, incendios, forestación con especies exóticas, desarrollo urbano, minería, tendidos eléctricos y efectos del cambio climático.

Invasión
Los sitios de anidación, considerados prioritarios para la recuperación poblacional, están siendo invadidos con la construcción de casas, instalación de fábricas, infra-estructura turística, maquinaria agrícola, tendido eléctrico, carreteras y escalada deportiva.

Envenenamiento
Las muertes conocidas por estas causas son probablemente subestimadas, puesto que los cóndores pueden morir lejos del sitio focal de envenenamiento. El último envenenamiento masivo fue en 1990 en el Antisana, con el fallecimiento de 30 cóndores.

Falta de alimento
La restauración de los ecosistemas, sobre todo en zonas protegidas, con la ausencia de ganado vacuno ha hecho que disminuya la disponibilidad de ca-rroña, lo cual obliga al cóndor a buscar alimento en propiedades privadas, aumentando el conflicto.