A recuperar la educación

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Fenecía enero y el presidente Moreno hacía pública su decisión de reabrir las escuelitas rurales que fueron cerradas en el correato, hasta 2020 se reabrirán unas 2.000 de estas escuelas de las 7.000 que fueron cerradas y que pretendían ser reemplazadas por las famosas escuelas del milenio o mejor dicho por estos elefantes blancos como los llamó Lenín Moreno, siendo aún candidato, con lo cual dejó entrever las primeras fisuras entre su modo de ver las cosas y las del actual autoexiliado, fisuras que luego se volvieron grietas insalvables. Es que los tales elefantes blancos son un monumento al despilfarro, con el costo que estas representaban se pudieron haber construido y reconstruido miles de bien dotadas escuelitas rurales y urbano-marginales, pero claro como siempre en esos diez años, tras el despilfarro se ocultaba el robo, motor de la cleptocracia que nos gobernó.

El Ministro de Educación explicó que las escuelas rurales eran parte importante de cada comunidad, muchas eran verdaderos núcleos socio-culturales de integración, que cerrarlas fue un etnocidio expresó, pasando por el viacrucis que vivían los niños al trasladarse por grandes distancias, donde el cacareado transporte escolar gratuito no llegaba. De Long en una sabatina realizada en la Concordia, señalaba que si en las zonas rurales no hay transporte, no es problema que los chicos caminen unos tres o cuatro kilómetros, este tipo no tenía ni idea de cómo es un camino rural, especialmente en invierno. Pero, además de reabrir las escuelitas, el actual Ministro habló de reducir el burocratismo en el ejercicio de la docencia, que se volvió una tortura para los maestros, quienes deben presentar una serie de informes, matrices, planes y planes, muchos de los cuales resultan repetitivos e inoficiosos.

No se dejó de lado la necesidad de mejorar la malla curricular, dar énfasis a las asignaturas cívico humanísticas, a la práctica de valores tan venidos a menos como la tolerancia y el respeto, se dará espacio al espíritu crítico y emprendedor en los educandos; quedan pendientes aún las palabras de Lenín de que los bachilleres ecuatorianos estudiarán lo que quieran y donde quieran, pues, nada ha cambiado con respecto a la Senescyt y sus políticas de admisión, igualmente se debe rehabilitar la educación técnica nacional desmantelada en el correato, algo se hace tratando de mantener las unidades educativas de producción.

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