No fui yo

DANIEL JEREZ

Vivimos en una sociedad donde las cosas pasan y nadie asume que somos parte de lo que sucede, principalmente haremos referencia al tema de la violencia generalizada y la corrupción. El ver noticieros llenos de reportajes sobre estos temas nos escandaliza y hasta son tema de conversación para una reunión. ¿Pero como cada uno de nosotros desde nuestra posición, rol o competencia estamos reconociendo que somos parte de esa dinámica social habitual?.

Probablemente muchos asegurarán nos ser corruptos o violentos, pero, que estamos haciendo para que esto no siga pasando, solo somos observadores desde nuestro círculo de confort o conocemos de esto y callamos para ser cómplices siendo parte de esa dinámica.

El comprar cosas robadas, no denunciar funcionarios corruptos, dar mal el vuelto, no devolver algo cuando nos encontramos, estafar con productos de mala calidad, el uso de influencias para llegar algún cargo, el copiar los deberes, en fin muchas acciones tan cotidianas y que parecieran normales es el génesis de esa sociedad de corrupción de la que nos quejamos y somos presas.

En estos días es tan común el termino corrupción en boca de los más de 80000 candidatos que existen en el país para la elección de marzo, donde entre todos se acusan de corruptos, donde todos prometen honestidad, donde los ciudadanos debemos analizar muy bien cada perfil para poder emitir el voto responsable y no ser parte de esa asociación lamentable del término corrupción con política.

En la violencia sucede situación similar, hay una falsa moralidad de la gente al enterarse de actos violentos, además, afirmando que antes era mejor las cosas, no se veía semejantes noticias, sin embargo, esto merece un análisis mas profundo ya que esta sociedad violenta es producto de aquella donde supuestamente antes no pasaba nada. Quiero con esto crear una profunda reflexión de que hacemos todos los días para que esto no suceda, como son nuestras relaciones con nuestros hijos, familia, amigos o compañeros de trabajo, cuestionarnos donde empieza la violencia y asumir la responsabilidad dentro de esto en una sociedad de la cual formamos parte y no esperar de los Mesías que aparecen en cada elección popular.