Juan Sebastián Vargas
A propósito de las próximas elecciones a la Alcaldía me parece oportuno que podamos aportar desde este espacio con ideas que puedan ser consideradas por los candidatos, pero por aquellos que en realidad tengan un sentido de pertenencia y no por una simple vanidad electoral personal, porque de esos hay montones, pues bien, he querido investigar sobre cómo debería preparase Ambato para afrontar las próximas décadas y los retos deberían ser ambiciosos, la tendencia mundial son las ‘Smart city’, que no es nada más que una ciudad eficiente, esto implica por supuesto un desarrollo urbano basado en la sostenibilidad que contribuyan a optimizar los servicios públicos, mejorar la comunicación, contribuir a la mejora del medio ambiente, ser tecnológicamente innovadores y con una conectividad digital de los servicios al 100%, en segundo lugar la movilidad, nuestro servicio de transporte es ineficiente, contaminante y peligroso, es por ello que el transporte debería ser manejado por los gobiernos municipales y allá debemos apuntar y es que debemos soñar con una ciudad con buses eléctricos o con un nuevo sistema de transporte como lo está haciendo Cuenca, pero lamentablemente quien se mete a regular a los transportistas seguramente saldrá mal parado o amenazado. En tercer lugar debemos pensar en ser una ciudad verde, las ciudades más lindas del mundo tienen espacios verdes en cantidad, parques y grandes avenidas con árboles y plantas, en nuestro caso deberíamos apuntar a eso, por ejemplo, alguien que se le ocurra arborizar el Casigana y convertirlo en una especie de Parque Metropolitano como el de Quito sería fantástico. En cuarto lugar, la seguridad ciudadana, esto amerita una gran inversión y el aporte del sector privado y finalmente algo en lo que siempre hago hincapié es la permanente regeneración urbana de los espacios públicos, en fin, existen muchas ideas que podemos aportar los ciudadanos, sin embargo, si seguimos pensando en la “canchita” o en la “veredita” para solo contentar al electorado seguramente nos quedaremos como una ciudad rezagada, los grandes cambios ameritan grandes decisiones y a veces mucha oposición de aquella gente que no le gusta salir de su zona de confort.