Brasil, ante el reto de encarar los feminicidios

RECHAZO. Una mujer durante una protesta en contra de los feminicidios en Brasil. (EFE)
RECHAZO. Una mujer durante una protesta en contra de los feminicidios en Brasil. (EFE)

Redacción SAO PAULO

EFE

Cuatro mujeres han sido asesinadas por día en lo que va del año en Brasil, país que concentra el 40% de los feminicidios en Latinoamérica y en el que esa violencia creciente alarma a organismos humanitarios nacionales y extranjeros.

Aquí, “los casos y las historias solo cambian de nombre”, lamenta Barbara Penna, quien todavía tiene en su piel las marcas de la violencia sufrida a manos de su excompañero sentimental.

En lo que va de año, Brasil ha registrado al menos 138 asesinatos de mujeres por motivos de género y 77 tentativas de homicidio, según un informe del especialista en Derecho Internacional y activista de derechos humanos Jéfferson Nascimento.

Iolanda Crisóstomo, Maria Dalvina Dantas, Elizangela Pereira de Almeida y Katiele Rodrigues Santos son algunas de las más de cien mujeres asesinadas este año y aparecen en la lista elaborada por Nascimento con base en los casos publicados por la prensa local. Ellas, a diferencia de Bárbara, no pudieron contar su historia.

Testimonios
En 2013, la pareja de Bárbara intentó ahogarla con las manos y después prendió fuego a su casa. Sus dos hijos murieron en el incendio y ella sufrió quemaduras por todo el cuerpo.

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mujeres son asesinadas cada día en Brasil por motivos de género. “Cuando comenzó la tragedia en mi vida, no tenía ejemplo, amparo, nada que pudiera salvarme. En la época, no se hablaba tanto de los derechos de las mujeres. Mi historia fue el ápice de una violencia abusiva”, narra quien sobrevivió a la crueldad y creó una ONG en Porto Alegre para ayudar a otras mujeres a salir adelante.

A miles de kilómetros de distancia, en Sao Paulo, María (nombre ficticio) también se refugió en una ONG dedicada a mujeres cuando comenzó a sufrir violencia física y psicológica: primero por parte de su hermano -que sufre esquizofrenia- y luego de su prometido.

Cuando quiso separarse, fue golpeada y amenazada de muerte. Lo denunció a la Policía, pero un juez negó una orden de alejamiento de su expareja, porque “consideró que era poco lo que había ocurrido” y “que no había peligro”. Para María, la decisión que el magistrado tomó en su caso es el atestado de muerte de muchas otras mujeres en Brasil.