‘El flaco’ que trabajó con La Hora

IMAGEN. El fotoperiodista conserva uno de sus retratos.
IMAGEN. El fotoperiodista conserva uno de sus retratos.
ENTREVISTA. Cuando recuerda su historia se le salen las lágrimas.
ENTREVISTA. Cuando recuerda su historia se le salen las lágrimas.
REPORTERO. En todo lado carga su cámara forográfica.
REPORTERO. En todo lado carga su cámara forográfica.

De contextura delgada, con un carisma que parece que es amigo de todo un pueblo y una sonrisa que nunca le falta, es como en todos lados se muestra, Galo Jacinto Barzola Fernández. Conocidos por muchos como ‘Galito’ aunque otros aún le dicen “Llegó La Hora”.

Este último apodo se lo ganó por su trayectoria en el medio de comunicación, en el cual estuvo laborando por 17 años y en el cual aprendió cómo es el trabajo, en el mundo del fotoperiodismo, en el cual desarrollo un ‘olfato’ periodístico que lo llevaba a obtener las mejores imágenes.

Actualmente aspira culminar su carrera como periodista profesional, la cual empezó hace dos años y ahora ya está a punto de iniciar el tercer año de Comunicación Social.

“Todo, absolutamente todo se lo debo a mi familia, a mis hijos, a mi esposa Doris, y a la gente que me brinda su granito de arena y que me dice, “flaco sigue adelante”, detalló ‘Galito’, quien vive en la parroquia San Camilo.

Casi se le va vida

El 3 de octubre de 2007, una maratón organizada por Diario La Hora, marcaba un momento importante. El fotoperiodista del medio en aquel entonces se debatía entre la vida y la muerte a causa de un accidente de tránsito, cuando andaba en su motocicleta el 24 de septiembre de ese mismo año.

Diversas radios, medios locales se unieron en una sola causa, poder colaborar, con algo para la operación de Galo, quien hasta ese momento estaba en terapia intensiva, con fracturas en varias partes de su cuerpo.

Luego de 11 años de aquel acontecimiento, ‘Galito’ recuerda que la vida se le iba, pensaba que ya no había nada que hacer, y que esa era su última historia por contar. Ahora con gran nostalgia, recuerda cómo logró vencer a la muerte.

Cuando piensa en todo lo que le pasó, no puede contener el llanto, se entristece, mira sus manos su cámara, a su esposa, y reflexiona. “Tengo mucho por hacer, no me podía morir”, refiere, mientras toma un vaso con agua.

En la sala de su casa, conserva uno de los cuadros que le pintó el artista José Luis Rodríguez, conocido como ‘Pepín’. Cuando lo ve recuerda como la más grande anécdota de haber trabajado en este medio de comunicación.

El pueblo lo reconoce

En su motocicleta de color verde, no hay un lugar en Quevedo donde a ‘Galito’ no lo reconozcan. En el estadio, en coberturas de crónica roja, en la comunidad casi siempre es la misma atención con Galo y la apertura que le da ciudadanía.

Antes de contar una anécdota, se ríe, se sonroja y empieza a describir que hace dos años atrás en una elección de Reina le tocó colocar la cinta a una de las dignidades que estaba en esa noche.

Cuando lo llamaron al escenario, se puso nervioso. Nunca había sido nombrado para un acto de esa manera en medio de cientos de personas que lo estaban mirando. Al subirse, miró al público, alzó su mano derecho y los saludó como si estuviera de candidato de algún partido político. Su recompensa fue el aplauso del pueblo quevedeño. (VVC)