Elecciones 2019

Carlos Arellano

Aún es incierto el número de candidatos que participarán en las elecciones del próximo año, sin embargo, en marzo del 2019 elegiremos a 11.069 autoridades entre principales y suplentes (según corresponda). El plazo para la inscripción de candidaturas vence este 21 de diciembre.

En el caso de Ambato, luego de 27 años de distintas administraciones municipales lideradas por tres distintos personajes –Luis F. Torres con ocho años, Fernando Callejas con 14 años y Luis Amoroso con cuatro años-, el futuro alcalde estará entre los que administraron la ciudad en las últimas tres décadas. En este incomodo momento electoral, a las candidaturas de Torres y Amoroso, se sumará la candidatura de Javier Altamirano.

Tres décadas de cuestionamientos y camisetazos, anularon cualquier alternativa de construir una nueva generación de políticos que estén en capacidad de asumir en cualquier momento los retos de la administración municipal, especialmente la alcaldía. Altamirano, no es la excepción, a pesar de sus intentos fallidos por consagrarse como burgomaestre, al igual que el resto, jamás demostró interés por construir un nuevo perfil político que lo reemplace en un corto o mediano plazo.

Para comprender esta realidad, bastará con mirar las listas para las concejalías que estarán conformadas en gran parte por jóvenes, quienes serán utilizados para completar la papeleta electoral.

Torres será fiel a Tiempo de Cambio y PSC. Amoroso participará por CREO, Avanza y SUMA. Altamirano por la ID, Unión Ecuatoriana y Solidariamente. Finalmente, la candidatura por la coalición entre Alianza PAIS, Democracia SÍ y Centro Democrático es incierta. Estos acuerdos de carácter electoral arriesgan la administración de la ciudad, especialmente por el reparto de cargos públicos entre los movimientos políticos de la coalición ganadora.

Lamentablemente la urbe no está blindada contra los juegos políticos; el problema que enfrenta la ciudad es la ausencia de un proyecto de largo plazo e incluyente, garantista de derechos, con una visión práctica y de grandes acuerdos entre lo público, lo privado, la academia y la ciudadanía. Urge un proyecto ciudadano que frene los intereses políticos electorales.