Presidente de Haití rompe silencio tras semana de mortales disturbios

Fotos: AFP
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Puerto Príncipe, Haití AFP

El presidente de Haití Jovenel Moise rompió el jueves el silencio tras una semana de protestas en reclamo de su renuncia y Estados Unidos ordenó retirar a su personal no esencial debido a mortales disturbios.

«No dejaré el país en manos de pandillas armadas y traficantes de drogas», dijo en la televisión estatal luego de violentos choques entre policías y manifestantes en Puerto Príncipe.

Desde el 7 de febrero, al menos siete personas murieron en medio de manifestaciones y barricadas que virtualmente paralizaron las principales ciudades del país.

Furiosos por la imparable inflación y el supuesto robo de 2.000 millones de dólares en petróleo enviado por Venezuela, los manifestantes tomaron las calles para exigir la salida del poder de Moise.

Entretanto Estados Unidos anunció la orden de evacuación de su personal no esencial el mismo día en que Canadá ordenó el cierre temporal de su embajada.

«Actualmente hay manifestaciones generalizadas, violentas e impredecibles en Puerto Príncipe y en otras partes de Haití. Debido a estas manifestaciones, el 14 de febrero de 2019, el Departamento de Estado ordenó la salida de todo el personal de Estados Unidos que no sea de emergencia y miembros de su familia», dijo el departamento de Estado.

Canadá, en tanto, dijo que cerró su embajada en Puerto Príncipe debido a la «actual volatilidad» pero indicó que «seguirá evaluando la situación en los próximos días».

Moise, un ex empresario de 50 años, irrumpió en la política hace dos años con un discurso populista que prometía sacar de la pobreza a la isla caribeña.

Promesas populistas

Su prédica estaba apoyada en sus antecedentes como empresario. Sus emprendimientos abarcaban tratamiento de aguas, el sector de la energía y la producción agrícola. Esto último le valió ser llamado «El hombre banana» («The banana man»)

Sus intereses comerciales lo llevaron en 2014 a una reunión con el hombre que sería luego su mentor político: el entonces presidente Michel Martelly, un ex cantante conocido con el nombre artístico de Sweet Micky. El también era un recién llegado a la política cuando conquistó la presidencia en 2011.

Pero el financiamiento de sus campos, lanzado en 2014 y reforzado al año siguiente con cuando el gobierno le prestó 6 millones de dólares, está lleno de cuestionamientos y los opositores al presidente lo aprovechan para lanzar sospechas de corrupción.

En un informe publicado el mes pasado, la investigación de una malversación de fondos para el desarrollo, descubrió también que la firma bananera Agritrans, propiedad de Moise, recibió dinero para mejorar una ruta pero no se apareció ningún contrato para esa obra.

Moise, como casi todos los candidatos en Haití, hizo promesas populistas. Prometió «comida en cada plato y dinero en cada bolsillo». Sin embargo, la mayoría de los haitianos todavía luchan por sobrevivir y enfrentan la inflación que aumentó un 15% desde su elección en febrero de 2017.

Tras asumir, recorrió el país en lo que llamó la «caravana del cambio» con promesas como la de fomentar la compra de maquinaria pesada y la de emprender grandes obras cuyos costos jamás fueron precisados a pesar de los insistentes reclamos de los medios de comunicación.

En sus recorridas por las provincias de Haití también prometía cosas como asegurar electricidad a todo el país durante todo el día.

Pero ahora jaqueado por disturbios que incluyeron disparos de armas de fuego, Moise paró de hablar hasta este jueves cuando rechazó la idea de renunciar o de entregar el poder a un gobierno de transición.

«Ya hemos visto muchos gobiernos de transición que resultaron en una serie de catástrofes y desorden», dijo.