¿Y ahora, por quién votar?

Pablo Fabián Ortiz Muñoz

Qué paradójica resulta la democracia, cuando de elegir se trata y con tanto docto la cosa se complica más, ¿y ahora, por quién votar? He ahí el dilema.

No es para menos, es que todos, sin excepción de ninguno, son unas verdaderas lumbreras, eruditos en la ciencia y amantes del conocimiento, y, si de administrar la cosa pública, se trata, son unos verdaderos eruditos de la reingeniería.

Tan idóneos son algunos, que luego de haber sido destituidos, con un 70% de rechazo popular, siguen insistiendo, que, sin su capacidad de gestión y aire administrativo, nada es posible en la castellana Centinela del Sur.

Otros, en cambio, recién se dan cuenta que ya tienen madurez política, hasta hace poco, en burdas retóricas, los atacaban a los de siempre, diciendo que ya es hora de un cambio, que los mismos de siempre, y en la actualidad, tomados de la mano de los mismos de siempre, qué ironía no.

Cómo no hablar de los nuevos, si son la única esperanza, para este maltrecho pueblo olvidado; es que la mentira y la demagogia son el pan de cada día, pero las alianzas con los grillos y las grillas, brilla a la luz, todo por ese amor al servicio.

Y ni qué decir de los más preocupados, la obra tiene que continuar, todo por el adelante y el progreso, cuánta angustia, que, hasta Pepe Grillo, dejó de ser conciencia, para convertirse en asesor.

Perdón, casi me olvido de los perturbados, que no le aciertan a una; de los figuretes, que saben que ni voto familiar por ellos; claro, no podían faltar los soñadores, los luchadores, los del amarre, los del estruche, los dóciles, los que se arriman, los que pactan y por su puesto los corruptos; es que, sin ellos, esto no tiene sentido, imaginen el CNE da platita y sin hacer nada, solo por mentir, eso es facilito, hasta poetas se vuelven.

Claro y no podíamos dejar de lado a esa masa absorta, ensimismada, ciega, torpe y obediente al patrón, mientras me amamante de demagogia, el resto no importa. Por eso amigos, qué complicada resulta la democracia. (O)