Ahí están los del Photoshop

Pablo Ruiz Aguirre

Ahí están con otras caras, con otros colores, los de antes, los de ahora, los que podrían ser de mañana. Ahí están diciendo experiencia, pero sin mostrar sus arrugas con Photoshop. Ahí están diciendo juventud, pero defendiendo lo ortodoxo. Ahí están defendiendo la vida, la naturaleza, el medio ambiente, pero regalando botellas de plástico, ensuciando parques, manchando calles y veredas con propaganda. Ahí están, haciendo ruido a toda hora, haciendo caravanas en cualquier espacio, visitando pueblos, gente y culturas que para ellos habían quedado olvidados. Ruido de gritos, ruido de bullicio, ruido que no pregunta, sino que dogmatiza, ruido unilateral que defiende una verdad, ruido que no convoca, ruido que quiere callar la existencia de más de una realidad. Ruido que quiere aprietos. Ruido que quiere un “ellos” vs “nosotros”. Ruido, ruido, ruido. Caravanas de fanáticos por la contraprestación del “que me darán”, caravanas de fanáticos al mejor postor, a lo que más se puede lograr. Caravanas sin sentido con hombres y mujeres que pensaban distinto antes, que defendían otros prejuicios, y que tan solo por un momento, por este momento, por estos dos meses se engañan y engañan al pueblo que piensan al unísono y para todos.

Ahí están, visitando mercados a los que nunca fueron. Hablando con gente que nunca les importó. Sonriendo en situaciones que nunca estaban. Dando la mano sin la posibilidad de un abrazo. Brindando abrazos para una foto. Vendiéndose dóciles, amigables por campaña electoral. Ahí están regalando caramelos en vez de ideas. Regalando fósforos en vez de ideas. Regalando plástico en vez de ideas. Regalando ropa en vez de ideas. Ahí están, ofreciendo viviendas en vez de realidades. Ofreciendo trabajo cuando no es su competencia. Ofreciendo educación cuando no la pueden brindar.

Ahí están, antes de corbata ahora de camisa manga corta. Antes con ternos, ahora de jean. Antes de vestido de marca, ahora vestidos de pueblo. Se quitaron el cuello blanco para amoldar su discurso, se quitaron lo superfluo para vender humildad. Se quitaron la etiqueta que determina su esencia para un voto solicitar. Se quitaron la violencia para engañar con paz. Se quitaron lo rancio para vender verdor.

Pero aquí también están, lo que creen que se merece algo más. Algo más que ruido, que ofertas, que caravanas, que circo sin parar. Los que quieren ideas a concretar. Los que anhelan una mejor ciudad. Los que velan por una mejor sociedad a edificar. Los que quieren fondos y no formas. Menos bulla y más dialogo. Menos gritos y más propuestas. Menos ortodoxia y más progreso. Menos improvisación y más planificación. Menos moldes y más humanidad. Menos caras y más equipo. Menos blancos-negros y más grises. Menos violencia y más paz. Menos pasividad y más activismo. Menos retórica y más acciones. Menos incoherencia y más sindéresis. Menos vestimenta y más piel. Menos campañas y más historia conjunta. Menos él, tú, yo, ellos y más nosotros. Menos conflicto y más cooperación. Menos endiosamiento y más humildad. En fin, aquí también están, los que quieren menos polarización y más ciudad.

¡Tú decides de qué lado de la historia quieres estar! (O)

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