Defensa de la integridad territorial

Manuel Salinas Ordóñez

Otro deber de los ciudadanos es defender la integridad territorial y sus recursos naturales, y no solamente deberíamos entender a la integridad territorial dentro del ámbito jurídico, como aquel principio del derecho internacional o como parte de la composición de un Estado.

La defensa de la integridad territorial implica la defensa de nuestro territorio de intervenciones exteriores, pero no necesariamente con la defensa bélica sino más allá de eso, deberíamos defender la integridad territorial en un aspecto social, es decir, desde cada uno de nuestros barrios, cantones y provincias evocando la defensa de nuestra estructura social.

La integridad territorial también consiste en la defensa de nuestra economía y de los recursos que el territorio nos brinda, recursos naturales que se deberían proteger y optimizar para fortalecer el erario y patrimonio económico del país, pero también la supervivencia social gracias a los recursos que la naturaleza nos brinda.

Una defensa de tipo política, sería por sus circunscripciones territoriales y sin observar ningún tipo de diferencia cultural ni ancestral. No podríamos caer en regionalismos, ni mucho menos en intolerancias entre los propios ecuatorianos que pertenecen a diferentes provincias y cantones.

En la actualidad resulta grosero y hasta jocoso hablar de defensa territorial desde el punto de vista armado, ni siquiera se podría pensar en una guerra por tierra con nuestros hermanos colombianos o peruanos, por ello, la integridad territorial debe defenderse desde el punto de vista ambiental, el cuidado de los recursos naturales, reconociendo que el territorio no solo se debe defender de invasiones externas sino de la peligrosidad que significa el ser humano y su poder destructivo.

Nuestro territorio deberá seguir siendo productivo y depende de nosotros que la integridad territorial se limite a la conservación de sus recursos naturales y por ello, debemos cuidarlos y protegerlos sin caer jamás en actos xenofóbicos ni aún a nombre de defender nuestros derechos territoriales.

Nuestra cultura está ligada al territorio patrio como elemento fundamental del Estado y debe ser parte de nuestra formación y educación, la protección territorial y de sus recursos naturales. (O)