El burro hablando de orejas…

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Las medidas que ha tomado Lenín Moreno no son las más populares que digamos, pero eran necesarias ante la debacle económica del país, no obstante aprovechando el amplio margen actual de tolerancia, hubo manifestaciones en contra, salieron los estudiantes, los trabajadores, en legitimas jornadas de protesta, y nos preguntábamos: ¿Dónde estuvieron en los años que Correa atropellaba derechos civiles, laborales, individuales y colectivos? Concluyendo que esas protestas solamente le hacían el juego a Correa y su mafia. Ahora la cosa va más allá, se involucra a familiares de Moreno en un escándalo relacionado con los muebles y alfombras que usó en Bélgica facilitados por una supuesta empresa off shore de su hermano Edwin y que, según Correa declara, él ya conocía.

Pero el autoexiliado escupe al cielo, y todo lo que al respecto diga le caerá encima, fue él quien envió a Moreno a Suiza con rango de embajador. Escuchar a Correa y sus acólitos hablar de honestidad es tan surrealista como oír al diablo dando misa, al burro criticando al conejo por sus grandes orejas, pues no tiene la más mínima calidad moral para hacerlo; lo que buscan es sacarse el clavo, jamás le perdonarán a Moreno que no les sirviera de tapadera a su pestilente sistema de corrupción, si lo hubiera hecho para ellos sería el mejor presidente, pero como les viró la tortilla, ahora es de lo peor, lo llamaron Judas, traidor y hoy piden su revocatoria, dicen que buscarán las firmas para tal fin, hacerles caso sería caer en su maquiavélico juego de cinismo e hipocresía.

Correa hoy políticamente acabado, por la decisión de Lenín para desmontar la corrupción por diez años institucionalizada, recurre a su vieja táctica de descalificar adversarios, busca debilitar la disminuida popularidad de Moreno, que ronda el 35 %, a fin de recuperar parte de sus adoradores. No obstante, lo bueno es que Lenin no dice, ni creo dirá una sola palabra a favor de Alianza País; que él no mete las manos al fuego por nadie ha dicho, y eso implica propios y extraños. Tal vez Lenin no sea un santo, pero Correa sí es un prófugo de la justicia y ante la imposibilidad de que los ecuatorianos caigan en su juego, ahora busca aplicar la operación caballo de Troya, tratando de meter a sus adoradores en el Cpccs, otro engendro creado por él, que debería desaparecer por inoficioso y peligroso para nuestra democracia.

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