¿Y qué hay de los responsables?

Las crisis actuales y los anuncios de otras peores, las corruptelas del pasado y las del presente, casi todas poco esclarecidas y judicializadas, son un fantasma que recorre cada instalación y oficina del IESS. Un reciente informe de Contraloría General del Estado, resultado de 19 auditorías, ha determinado una pérdida entre 2013 y 2018 de unos 90 millones de dólares, pero aún faltan 25 de estos procesos.

Hay los que consideran que el desfalco que sufrió el IESS es de unos 3.800 millones de dólares. El andar calamitoso, por lo visto, es de larga data. La política y los políticos en cada etapa desde su creación el 10 de julio de 1970 figuran como responsables. Son actores que han propiciado el dispendio a manos llenas y la corrupción como un cáncer incurable.

Llueven las denuncias, se hacen auditorias y hasta se publican libros sobre esta interminable tragedia. Desde su fundación cada uno de sus principios rectores (solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia, subsidiaridad, suficiencia, transparencia y participación) es puesto en duda, denunciado como inexistente, como ejemplo de mediocridad o manejo corrupto.

Cada generación próxima a la edad de jubilación percibe su futuro como un campo minado. Las fórmulas para “reflotar” al IESS están basadas en la extrapolación de medidas tomadas en otros países, como la de alargar la fecha de jubilación o aumentar el monto de los aportes individuales. Lo curioso es que estas medidas tienen como afectado de primera fila a los propios afiliados. ¿Y qué hay de los responsables de tan largo naufragio?


La regularidad, el orden y la perfección destruyen el arte. La irregularidad es la base de todo arte”. Auguste Renoir. Pintor francés (1841-1919)

El hombre bajo todo gobierno será el mismo, con las mismas pasiones y debilidades”. José De San Martín. Político argentino (1778-1850)