Es muy cierto que se olvidaron del polígrafo o para no pensar mal entró en obsolescencia. Ayer se sancionó a muchos que se implicaron en delitos y que era lógico merecían castigo; pero asimismo se sancionó a otros que eran inocentes. ¿Si tan válida era la opción de la prueba del polígrafo por qué no se aplicó a los más de 2000 mil funcionarios y empleados públicos que metieron sus garras en los dineros del Estado? Ahora se han puesto de moda muchos términos que antes eran pocos conocidos como por ejemplo: concusión, testaferrismo, odio, lavado de activos, esbirrismo, asociación ilícita, defraudación tributaria; etc.
Pero seguirán cambiando autoridades en la justicia como en la Corte Suprema, Fiscalía, Jueces y llegaremos a la conclusión de que aquí no ha pasado nada; porque nos seguirán envolviendo en una turbulencia de mentiras, seguirán aplicando las mismas estrategias para favorecer a los infractores, dejarán correr el tiempo para que muchos juicios pierdan su vigencia y así la infame trampa de la corrupción jamás acabará. Y es que lo que se da en nuestro ‘paisito’ llamado Ecuador, que nos vibra en lo más profundo de las entrañas a los que somos producto de su arcilla y llevamos acendrado un cúmulo de valores y civismo; nos duele de verdad, que nos sigan viendo la cara de tontos y estúpidos a los que se les puede seguir mintiendo porque creen que conducen un rebaño de ovejas.
Esto equivale a lo que sabemos decir: “muchos ruidos y pocas nueces” y de no ser así que digan lo contrario porque de tantos enjuiciados que el Ecuador entero conoce, la realidad es que un mínimo número que no supera el 5% están en prisión donde también gozan de prebendas; mientras que otros huyeron porque para desgracia de la humanidad hay países que protegen a los dictadores y ladrones de corbata dándoles asilo, exportando revoluciones y otros que militarmente construyen armas de destrucción masiva y constantemente amenazan a la humanidad, que tienen cohetes de largo alcance para iniciar una guerra que de darse acabaría con todos.
Todos estamos conscientes de los delirios del más infame maquiavelismo de dictadores como Maduro, Ortega, del gobierno boliviano que no quiere dejar el poder, porque la teta es más inmensa que la cola de un cometa. Presidente Moreno, usted ha dicho por repetidas ocasiones que no le interesa el poder y que lo que le preocupa es la felicidad del pueblo, ¡hágalo!