TIEMPOS DE LENIN

MANUEL BÁEZ R.

Toda la población ecuatoriana tuvo que soportar una larga década de “correísmo”. Cada sábado era prueba de aguante con una carga de insultos, agresiones verbales y siempre había lo inesperado como supresión de instituciones, al tiempo de órdenes o disposiciones contra personas u organismos establecidos. Con la llegada del “morenismo” parece que el ambiente se puso con esperanza, optimismo e ilusión; al menos se creía que las cosas del gobierno iban a cambiar para bien, pero resulta que seguimos marchando en el mismo terreno con ciertas directrices que dejó Corea. Sin duda esta fue una equivocación del pueblo. Aunque todavía no se destapa plenamente esa olla que tiene grillos.

Sí señores, han transcurrido cuatro años y seguimos en la misma lucha al pie del cañón.

Hoy tenemos un estilo diferente de gobernación, a pesar de que los primeros pronunciamientos como el llamado al diálogo y la alta cirugía no han podido entrar en plena vigencia, más bien se han cumplido en forma parcial, tan es así que seguimos con la corrupción, sin embargo esto hace que Lenin tenga una relativa aceptación. En lo referente a la situación financiera no podemos asegurar algún resultado.

Falta reducir el gasto en el sector público, no hay medidas que generen confianza, igualmente se deben derogar leyes que atentan al desarrollo, entre otras acciones, como desmontar la estructura correísta que permanece “vivita y coleando”.

Cuando estos fundamentales aspectos se ejecuten en el gobierno, habrá plena seguridad de que el pueblo ecuatoriano respalde a Lenin.

Está faltando lo fundamental para afirmar que tenemos un gobierno diferente y estrictamente inclinado al bienestar del país en sus aspectos sociales.