Muros incaicos aún son visibles en el Centro Histórico

RELATO. Sophia Estévez informa sobre el muro incaico debajo del Palacio de Gobierno. (Foto: Cortesía)
RELATO. Sophia Estévez informa sobre el muro incaico debajo del Palacio de Gobierno. (Foto: Cortesía)

Una muestra de estos están en el Palacio de Carondelet, el colegio La Providencia y la iglesia de La Merced.

El colectivo Rumikuna Ñan está contando la otra parte de la historia en recorridos de “reivindicación cultural” que, desde hace aproximadamente tres años, realizan por el Centro Histórico de Quito un grupo de profesionales que se interesaron por la historia prehispánica “que no ha sido abordada por la academia, por la educación y por el turismo”, dice Sophia Estévez.

Sobre estos vestigios no existe mucha información ni investigación, y lo poco que hay no ha salido a la luz, aclara Estévez. Los miembros de este colectivo han recopilado los estudios del padre Pedro Porras, un arqueólogo del centro de Quito; y de arquitectos actuales como Pedro Lozano y Andrés Peñaherrera, que han profundizado sus trabajos en la arquitectura inca en el Centro Histórico.

A los recorridos generalmente se los vincula con fiestas indígenas (Pawkar Raymi, Inti Raymi, Koya Raymi y Kapac Raymi), fechas especiales y acontecimientos. Se hace énfasis en la cosmovisión andina, en cómo los ancestros veían la vida, la muerte, cómo funcionaba su cotidianidad, el porqué de las cosas y de las mismas edificaciones.

Para observar
El Palacio de Carondelet está asentado sobre las ruinas de lo que fue el Palacio de Atahualpa. En el zócalo de la actual edificación hay piedras incaicas.

Según información recabada por el historiador Manuel Espinoza Apolo, en el archivo histórico del Municipio existe el documento de la Colonia, que legaliza la entrega de ese solar a uno de los uniformados que acompañó a Sebastian de Benalcázar, y en este se especifica que era el antiguo palacio de Atahualpa.

EL DATO
Los muros incaicos eran construidos en forma de rompecabezas y tenían una característica antisísmica.La parte frontal de piedra del colegio La Providencia, en la calle Benalcázar, es un muro incaico, asegura Estévez. Investigaciones del padre Pedro Porras determinan la existencia de piedras de cuatro, seis ocho y 12 ángulos. Y aunque no se conoce cuál habría sido la funcionalidad de la estructura, se cree que era una kallanca, es decir, una estructura rectangular sin divisiones internas, que servía para uso ritual.

Análisis arqueológicos determinan que la iglesia de La Merced, ubicada en las calles Chile y Cuenca, fue levantada sobre un muro incaico. Parte de esta construcción, que se dice que era una kallanka, está visible en la esquina, justo debajo del campanario, y se sabe que sobrevivió al derrumbe de la iglesia como consecuencia de un terremoto del siglo XIII. Este es el muro mejor conservado, y así se lee en una placa situada al lado de la calle Cuenca y que pocos saben lo que ahí se dice, comenta la guía del colectivo Rumikuna Ñan.

Templo Huanacauri
El barrio de San Juan, considerado un mirador natural de Quito, es el custodio de las ruinas del templo incaico Huanacauri, sobre las cuales se levantó la iglesia San Juan el Bautista.

En el lugar existe una placa en la que se reconoce el origen preincaico de esa edificación, pero no se proporciona mayor información para conocimiento del visitante.

Sin embargo, según cuenta Estévez, historiadores como Manuel Espinoza Apolo hablan de que posiblemente el Huanacauri era un templo a la Luna, tratando de hacer un contraste con el templo al Sol, que se levantó en el Panecillo. (CM)