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Daniel Jerez

Similar a un pequeño 14 febrero se celebra de alguna manera el Día Internacional de la Mujer, donde todos románticos, caballerosos y alegres buscamos detalles para regalar a las mujeres de nuestro alrededor. Probablemente se va sumando una fecha más al calendario comercial anual, sin concebir el real sentido de un día donde no hay mucho para felicitar o celebrar.

Recorriendo históricamente este día, fue institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975, como una conmemoración a varios hechos significativos de lucha por su participación, equidad, oportunidades y representatividad. Sin embargo, aún tenemos cifras frías globales que demuestran que no hay nada que felicitar, es así que en la actualidad las mujeres hacen el 66% del trabajo en el mundo, pero solo perciben el 10% de los ingresos y son propietarias de tan solo el 1% de la tierra. En el Ecuador 6 de cada 10 mujeres son violentadas y en Tungurahua 7 de cada 10 sufren algún tipo de violencia, podríamos seguir analizando datos que evidencian el limitado acceso a la educación, falta oportunidades y la marcada desigualdad de una sociedad machista.

El movimiento feminista es quien embandera la lucha constante de estas reivindicaciones sociales, grupos pequeños en permanente movilización que muchas de las veces pasan desapercibidos sin tener el interés de la ciudadanía en general, lo que demuestra la falta de conciencia social, ya que si revisamos la historia, gracias a estos movimiento las mujeres han podido tener conquistas en búsqueda de igualdad, claros ejemplos como el ejercer el derecho al voto, acceso a educación superior, ejercer cargos públicos y otros. Sin duda es muy valioso el trabajo de estos grupos de compañeras que no descansan hasta construir una sociedad equitativa y menos violenta.

La lucha diaria a la que quiero convocarles es nuestras casas, en el trabajo, en la convivencia cotidiana, en la constante denuncia y movilización para generar una conciencia de que aún hay mucho por hacer y construir un mundo donde hombres y mujeres vivamos en equidad.