Votar en la Amazonía es sinónimo de un largo viaje

Preparativos. Indígenas waorani cumplieron con el simulacro electoral para estar listos el 24 de marzo.
Preparativos. Indígenas waorani cumplieron con el simulacro electoral para estar listos el 24 de marzo.

En plena selva amazónica está la comunidad de Toñampari, habitada por el pueblo waorani. A este poblado del cantón Arajuno, en Pastaza, se llega únicamente por aire o por alguno de los ríos que lo bordean.

No hay carreteras, lo que hizo que los indígenas vivan casi como un espectáculo la llegada del helicóptero del Ejército que aterrizó en medio de una improvisada cancha de fútbol, en el centro del poblado.

Los paisajes se mezclan: por un lado las casas, todas de una sola planta, están dispersas por la zona selvática. Son construidas con lo que les da la naturaleza que les rodea: paja, madera y caña guadua. En el centro, la casa comunal con una explanada-coliseo, que sirve como sitio de reuniones, cubierto por un techo de zinc. Y al fondo, rompiendo toda la tipología de estas construcciones comunitarias, se levanta en cemento una unidad del milenio de dos pisos.

En este poblado funcionará el 24 de marzo uno de los ocho nuevos recintos electorales que el Consejo Nacional Electoral (CNE) habilitó para este proceso, de un total de 84 centros con los que cuenta la provincia, con el objetivo de facilitar el acceso al voto de los indígenas en zonas de difícil acceso.

Diana Atamaint, presidenta del CNE, estuvo el viernes en esta localidad para presenciar un simulacro electoral. Atamaint, del pueblo shuar, de Morona Santiago, se sintió en su ambiente.

Fue recibida con cariño y respeto por los waorani al tratarse de la primera mujer indígena en ocupar el cargo. “Gracias por recibirme en su territorio, que también es mi territorio, que también es el territorio de todos”, manifestó.

Toñampari tiene 251 votantes. Algunos agradecen la implementación de este nuevo recinto, ya que les permite, dijeron, reducir de dos días a cinco horas, en algunos casos, el tiempo de traslado desde su vivienda al sitio del sufragio. Pero hay un pedido común: que les den combustible para el motor de las canoas en las que viajan, para poder votar.

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minutos se hace en helicóptero de Shell a Toñampari, en la provincia de Pastaza.Elena Tocari vota en esta localidad, pero su casa está a ocho horas en canoa. “Antes se me iba el día entero”. La misma situación vive Norma Menen: “Es muy lejos para nosotros, es canoa durante todo el día. Necesitamos gasolina para los motores. Venimos cargando al ‘guagua’: son ocho horas de caminata y cinco horas de canoa para llegar”.

Los problemas de accesibilidad a los recintos no se dan únicamente en las comunidades indígenas de Pastaza. Lo dijo Alicia Cawiya, una de las más respetadas líderes y vicepresidenta de la nacionalidad waorani.

Sin estar programada su intervención, no dudó en tomar la palabra para decirle a la presidenta del CNE que el pueblo waorani habita en Pastaza, Orellana y Napo, donde faltan recintos. “Yo soy de Orellana, voto ahí, pero tengo que ir como cuatro días en canoa”.

Situación que se repite en Aguarico, donde las indígenas tienen que salir con dos días de anticipación para llegar el día del sufragio a sus recintos; mientras que en Napo tiene que realizar una caminata de 12 horas. (HCR)