El pueblo andino inició con fiesta su nuevo año

CEREMONIA. ‘Mama’ Ana María Guacho se arrodilló para agradecer al Sol y a la Tierra por su generosidad.
CEREMONIA. ‘Mama’ Ana María Guacho se arrodilló para agradecer al Sol y a la Tierra por su generosidad.

Una cruz andina, con cuatro brazos iguales, y una espiral de flores fueron construidos en las primeras horas de ayer en el centro de la Plaza de San Francisco, un lugar que hace unos seis mil años atrás, era especial para el pueblo Kitu.

Cerca del mediodía, se concentraron alrededor de esta cruz, conformada por granos secos, frutas y flores y acompañada de agua y fuego, representantes indígenas, turistas y curiosos, para ser parte del inicio del nuevo año andino y de la ceremonia del Pawkar Raymi o Mushuk Nina (fiesta del florecimiento).

Fue ‘mama’, Ana María Guacho, una yachag originaria de Chimborazo, provincia ubicada en el centro del país, quien presidió la ceremonia justo cuando el Sol se alineó con la Tierra, en lo que se conoce como el día del Sol recto.

El mensaje

La yachag, quien reveló que sus saberes los adquirió de su padre y de su bisabuelo, pidió permiso a la Madre Tierra, inclinándose en dirección hacia cada uno de los puntos cardinales, para abrir el camino hacia la sabiduría y prosperidad espiritual de todos los presentes. Desde la plaza de San Francisco envió bendiciones a los pueblos vecinos y hermanos.

FIESTA. El baile de estudiantes indígenas de la escuela Amauta Rikchari formó parte de la celebración.
FIESTA. El baile de estudiantes indígenas de la escuela Amauta Rikchari formó parte de la celebración.

Esta mujer, quien también pertenece a la Asociación de Desarrollo Guaman Poma, y agrupa a mujeres que buscan la recuperación de los valores y saberes ancestrales, aseguró que el 21 de marzo es un día de alegría porque “recibimos al padre Sol, a los frutos tiernos y al florecimiento”.

“Esto (la ceremonia) no es un juego ni un invento reciente”, sino que es el resultado de los valores ancestrales que se los está recuperando y que para los pueblos y nacionalidades del país constituye un orgullo. Aprovechó el momento para desear que el fuego sagrado que se encendió ayer llegue a los corazones de los nuevos mandatarios, para que asuman sus obligaciones con responsabilidad y trabajen por sus pueblos.

Al mismo tiempo, hizo un llamado a la humanidad para que cuiden a la Madre Tierra, que es la que provee de alimentos. Para garantizar esos beneficios “debemos proteger la tierra, sembrar plantas nativas y cuidar el agua”.

Iniciativa

El evento fue organizado por el Consejo Nacional para la Igualdad de Pueblos y Nacionalidades. Su secretario técnico, Ángel Tipán, manifestó que la celebración del Mushuk Nina es un acontecimiento cósmico.

Cuenta que hace miles de años “nuestros pueblos ponían en un recipiente cóncavo lana de llama para que se prenda con los rayos del Sol, y ese fuego era recogido por las familias y las comunidades”. Con eso se demostraba que ni el agua ni el fuego debían negarse a nadie.

PUREZA. Con el uso de plantas nativas y medicinales, mujeres indígenas realizaron limpias a los transeúntes.
PUREZA. Con el uso de plantas nativas y medicinales, mujeres indígenas realizaron limpias a los transeúntes.

El 21 de marzo es un doble acontecimiento, insistió. El inicio del año nuevo andino y el florecimiento fue representado con los granos con los que construyeron la cruz andina.

Al finalizar la ceremonia, los participantes se abrazaron unos con otros con mensajes y deseos de mejores días y esperanza en mantener las tradiciones ancestrales y bailaron en una verdadera fiesta. (CM)

Fiesta

La danza y la música no faltó en la ceremonia del Pawkar Raymi. Fueron estudiantes de la Unidad Educativa Amauta Rikchari, que funciona en el sector de San Roque (Quito), los que deleitaron al público con su vestimenta, su música y sus pasos de baile. Mientras que el Cantor Rey de los Andes Illicachi fue quien puso a bailar a los asistentes a la ceremonia.