El danzante de Pujilí también se hace de barro

CONSTANCIA. Víctor Chilusa conoce hasta el mínimo detalle para moldear a un personaje.
CONSTANCIA. Víctor Chilusa conoce hasta el mínimo detalle para moldear a un personaje.

Pujilí se encuentra a 10 kilómetros al oeste de Latacunga, entre la cordillera Central y Oriental de los Andes. En este cantón, específicamente en al esquina del colegio Belisario Quevedo, está la casa de Soledad y Víctor Chilusa, hábiles artesanos, muy amables y queridos.

Ellos elaboran en barro hace más de 20 años los personajes festivos, como el danzante de Pujilí, la Mama Negra, los champuseros, los toros de pueblo y más.
Don Víctor anteriormente laboraba como albañil, pero sufrió un accidente que le dejó con el 47% de discapacidad. Entonces, decidió dejar su trabajo y dedicarse a las artesanías, lo cual no fue difícil empezar, pues viene de una familia alfarera. “Mi mamá trabajaba con el barro y cuando yo era niño siempre hacía muñequitos”, comenta sonriente.

El primer danzante que hizo salió muy pesado, 25 libras; sin embargo, más adelante se las ingenió, así el segundo danzante que fabricó llegó a pesar 8 libras, cuenta.

ARTE. Para los artesanos no hay límite de imaginación.
ARTE. Para los artesanos no hay límite de imaginación.

Pasión
Don Víctor conoce hasta el mínimo detalle para moldear a un personaje tan representativo como el danzante y explica que el material principal es el barro, lo que sirve para formar el cuerpo.

La vestimenta en miniatura se hace en un pequeño taller que conservan en casa; los adornos como espejos, mullos, cintas de colores, entre otros, son traídos desde Quito y adaptados de acuerdo con el tamaño.

EL DATO
Un danzante de barro varía su valor entre los 50 y 25 dólares.Si se trabaja con dedicación, en dos días el danzante está listo. Don Chiluisa dice que cuando tiene pedidos debe quedarse en su oficio hasta las madrugadas para poder cumplir, “Mis clientes vienen de todas partes del Ecuador, siempre se llevan al danzante o a los personajes de la Mama Negra”.

En su lugar de artesanías no hay más que dos vitrinas, sencillas, donde reposan las figuras de barros envueltas en cajas de vidrio que están por entregar.

El oficio también es el soporte de la familia Chiluisa. “Mis hijos estudian, pero cuando pueden tienen que ayudar porque de ahí sale el dinero para que ellos mismos”, aduce.

COSTO. Un traje completo está valorado en 800 dólares.
COSTO. Un traje completo está valorado en 800 dólares.

Vestimenta
Soledad y Víctor mantienen viva la tradición de los ‘tushug’ o danzantes. Ella se encarga de confeccionar la vestimenta en tamaño real para las festividades.

Todo el traje consta de 12 piezas, así lo explica la dama: cabezal, pechera, espaldares, enagua, pantalón, camisa, cinturón, mangas, cintas de colores, cascabeles, alfangue (una especie de vara con cintas de colores que se lleva en la mano) y la macana, que se utiliza en la cabeza para sujetar el cabezal. Esta prenda es la más llamativa de un danzante, está adornada por varios espejos, plumas de colores y joyas.

La mujer señala que está feliz con su trabajo, pues sus obras de arte han trascendido. “Se llevaron un traje para las fiestas de la virgencita de México, se han llevado a Estados Unidos y también vienen de Quito, Riobamba”.

Esta pareja siempre se apoya, pues cuando la gente llega para alquilar un traje o confeccionarlo, se enamoran de las artesanías. “De pronto vienen a ver la ropa para los danzantes y se llevan uno hecho de barro para los priostes”, asegura Víctor. (BG)