Gabriela Rosero
El pasado domingo en redes sociales leí una publicación que me llamó mucho la atención y decía: “¡Prefecto, hoy le extrañamos en la papeleta de votación!”; titular que me invitó a mirar su contenido, fue de mucha satisfacción encontrar que todos los cientos de mensaje que los ciudadanos dirigían hacia el Prefecto de Tungurahua eran palabras de agradecimiento, llenas de respeto y admiración hacia el hombre visionario que ha liderado esta provincia por más de 19 años y lo ha hecho con altura, con transparencia, con ímpetu, pero sobre todo con la convicción de hacer de Tungurahua una tierra de oportunidades.
Y es que esta frase no solo es un eslogan de su administración, es una frase que ha calado en el fondo del corazón de todos quienes habitamos en este territorio y sabemos que no son solo palabras.
He reflexionado cada una de las expresiones que he leído en redes sociales, como aquellas que escuché personalmente mientras acompañaba a este caballero en su último recorrido como Prefecto en la Fiesta de la Fruta y de las Flores por las calles de esta hermosa ciudad.
Definitivamente no solo le extrañamos en la papeleta de votación en las pasadas elecciones del 24 de marzo, lo vamos extrañar siempre querido Prefecto.
Ha sido todo un honor acompañar su gestión durante 11 años y sé con seguridad que quienes caminamos junto a usted y conocemos su don de gente y su calidad humana no solo extrañaremos a la autoridad, extrañaremos a Fernando Naranjo Lalama el amigo de todos.
Extrañaremos al hombre de sombrero de paja, al hombre de sonrisa amplia, al caballero a carta cabal, estoy segura que cada citadino y cada campesino extrañará al Prefecto que transformó esta provincia y que jamás se atribuye ninguna obra a nombre propio. Lo recordaremos porque marcó un antes y después en esta provincia, nos honramos por tener la mejor Red vial del país, porque de ser una provincia árida hoy tenemos agua en calidad y cantidad, porque el fomento productivo ha trasformado la calidad de vida de nuestros agricultores, productores y emprendedores; porque la cultura tiene su propio espacio, porque la más hermosa red de parques provinciales está en Tungurahua.
Claro que los extrañaremos y no lo digo yo, lo dice el pueblo.